domingo, 27 de octubre de 2013

REDACCIÓN DEL ALUMNADO A PARTIR DE UNA SECUENCIA

     Les propongo a mis alumnos de la ESO y de Bachillerato la redacción de una historia de terror a partir de la siguiente secuencia “El asesino se acercó a la puerta e introdujo la llave en la cerradura”. En este caso, dos alumnas de 3º de la ESO, dos alumnas de 4º de la ESO y una alumna de 1º de Bachillerato consiguen mantenernos con la intriga hasta el final. 

     El asesino se acercó a la puerta e introdujo la llave en la cerradura. 'Asesino', esa palabra que a partir de ahora le perseguiría toda su vida.
     Entró en casa, se quitó el abrigo, puso las llaves sobre la mesa y se dejó caer en el sofá, agotado. Puso la cabeza entre las manos y cerró los ojos. Suspiró, sentía como si le estuvieran martilleando la cabeza, la sacudió e intentó dejar la mente en blanco. Sabía que si intentaba dormir no  lo conseguiría, pero por mucho que trataba de no pensar en ello, las imágenes se repetían continuamente en su cabeza, recordándole lo sucedido.

      A pesar de todo, no fue tan complicado como creía. Solo tuvo que esperar a que la víctima saliera de casa, seguirla hasta un lugar apartado, y entonces, le atacó por detrás, cosa que dicen que es de cobardes, pero él no se sentía así en absoluto, realmente no sentía nada en  concreto, solo una ligera sensación de alivio. Fue rápido, demasiado rápido, seguro que ni siquiera había sentido dolor. Después de todo, -pensó- era una muerte mejor de la que se merecía.
       Era la primera vez que hacía una cosa así, nunca había llegado a esos extremos, y esperaba no llegar nunca más. Él no era un asesino, él no habría sido capaz de hacer eso si no fuera por el 'accidente'. El supuesto accidente que se había cobrado la vida de su hermana semanas atrás.
       La policía investigó el caso y llegó a la conclusión de que había sido un suicidio, ¿Suicidarse, su hermana? Imposible. A ella la había asesinado su marido, su cuñado. Lo pudo ver todo con sus propios ojos ya que él estaba allí cuando ocurrió. Estaba con su hermana tomando un café e intentando consolarla por su reciente divorcio, ya que su exmarido la agredía. Entonces llamaron al timbre, ella fue a abrir la puerta y lo último que salió de su boca fue un grito ahogado. Fue corriendo hacia ella pero cuando llegó, estaba en el suelo, muerta, sin vida. Aunque el asesino ya se había marchado, pudo ver su cara mientras trataba huir.

       Cuando lo contó, nadie le creyó y le tomaron por loco, -sonrió para sus adentros- ahora sí que se iba a volver loco.
       Al ver que nadie le ayudaría, decidió vengarse. Al principio no se creía  capaz de hacerlo, pero ahí estaba, en su casa, convertido en alguien nuevo, un extraño.
       Pero de una cosa estaba seguro, no sentía remordimiento alguno, ni lo sentiría.
Al fin y al cabo, ahora era un asesino.


                  Marta Trasmonte Zambrano, alumna de 3º ESO B.

 El asesino se acercó a la puerta e introdujo la llave en la cerradura.

Y Alicia estaba tan tranquila sentada en el sillón, cuando de repente escuchó algo. Vio como un hombre vestido de negro entraba por la puerta del jardín. Ella asustada y sin saber qué hacer, corrió a esconderse y se encerró en el cuarto de baño. El asesino estuvo buscándola por toda la casa, pero no la encontraba, así que decidió robarle todas las joyas que tenía. Pero se dio cuenta que en el baño no había buscado y se dirigió hacia allí.
  La chica escuchó sus pasos y aterrorizada llamó rápidamente a la policía. Le dijeron  que no tardarían en llegar, ya que ese asesino llevaba meses a la fuga y lo estaban buscando por todas las ciudades de alrededores de la zona.

  Mientras tanto, el asesino seguía allí intentando abrir la puerta, pero Alicia puso un mueble para que no pudiese entrar. Media hora después la policía llegó y entraron en la casa, el asesino que se dio cuenta, salió por la ventana, pero por suerte, no logró escapar ya que lo estaban esperando por todas las salidas.


                                     Noelia Bordón Romero, alumna de 3º ESO B.


    El asesino se acercó a la puerta e introdujo la llave en la cerradura. Vio que en la habitación había una cama y medio de la habitación se encontró a la que iba a ser su próxima vista. El asesino, al ver la escena, se asustó y huyó de allí. A la siguiente noche, fue a otra habitación a por su víctima, pero otra vez se encontró a la víctima muerta. 

   Al día siguiente, el susodicho se fue a la habitación y esperó a que llegara la víctima. Al llegar la víctima se tumbó en la cama, pero no apareció nadie para matarla. Al no ver a nadie se fue y por la mañana se la encontró muerta. No se lo podía creer, decidió que se haría pasar por la víctima para ver al presunto asesino. Se vistió con un traje de chaqueta, como las otras víctimas y entró en la habitación, se tumbó en la cama y se durmió. Por la mañana se despertó y se encontró una muñeca y un balón y en la pared ponía: presiona en el objeto que tú quieras y escucha con atención. Presionó el balón y se escuchó a una niña riéndose y diciendo: " sin quieres saber quién mata por ti, encuéntrame y te lo diré". Al escucharlo se quedó asombrado y presionó la muñeca que decía que poder ayudarme tienes que seguir las instrucciones que te diga. No sabía qué hacer el asesino, vio que había un peluche con un papel que decía: "túmbate en la cama y amárrate los pies y las manos". Hizo todo lo que ponía y a las doce de la noche se apreció la niña con una pistola y un cuchillo. El asesino estaba asustado y quería huir, pero no podía. La niña se acercó a la cama y levantó la pistola, se la puso en la mano derecha y levantó el cuchillo y se lo introdujo en el ombligo, después le cortó los dedos de los pies y de las manos, las orejas y le hizo cortes por todo el cuerpo. Por último, cogió la pistola, se la puso en la frente y disparó, cogió otra vez el cuchillo y lo introdujo en el pecho y sacó el corazón y se fue. 

  A la mañana siguiente, el asesino se despertó y vio que no tenía nada, que todo era un sueño y decidió no volver a matar. 

                                                     Ana Pozo Castaño, alumna 4º de la ESO B. 

     El asesino se acercó a la puerta e introdujo la llave...
     Juan y Marta se pusieron a temblar, su madre les dio que se metiesen en el escondite secreto y llamasen a Lucas, que viniese rápido, rápido y llamase a la policía. Lucas era un vecino que siempre estaba para todo. Desde que se quedaron solos, siempre que tenían algún problema acudía, incluso antes de llamarlo. Es un vecino especial. Marta como pudo abrió el whatssap y escribió, a pesar de que sus manos no paraban de temblar. ¡Socorro Lucas, SOS! ¡Ven corriendo!¡Llama a la policía! ¡Está aquí!
   Los dos hermanos se abrazaron muy fuerte, escucharon como la llave lentamente iba girando. La respiración se les aceleraba y sus cuerpos temblaban...¿Dónde estaría mamá? Solo escuchaban el chirriar de la puerta. ¡Está aquí! Se lo advirtió la noche anterior por teléfono y cumplió su palabra. El día anterior cuando sonó el teléfono, su mamá dijo: ¿sí?, al momento colgaron. Ella no le dio importancia. Al rato recibió un whatssap, cuando lo leyó su cara cambió, como si hubiese visto un monstruo. Marta le preguntó. Pero le dijo que eran cosas de mamá y que se pusiera a estudiar. Marta no se quedó tranquila, algo extraño pasaba y era grave...
    Dentro del escondite, los segundos parecían horas. Marta cogió aire y consiguió mirar por un agujero, echó un vistazo rápido y observó la puerta del vestidor de la entrada un poco entreabierta, seguro que ahí estaba mamá dijo. Supuso que cuando abriese la puerta y entrase quien fuese ella lo sorprendería por detrás. De pronto la puerta se abrió y ¡oh, dios mío!, el corazón se les iba a salir, su hermano pequeño casi se pone a gritar, pero Marta consiguió taparle la boca. Escucharon un golpe fuerte y luego gritos de su madre. Con los ojos cerrados Marta solo decía: ¡por favor, no! ¡Por favor, no! En ese momento se abrió la puerta. Ya los hermanos no aguantaban más y gritaron lo más fuerte que pudieron. Y cuando abrieron los ojos allí estaba Lucas...Y su madre los abrazó tan fuerte que casi no podían respirar. Solo se escuchó ¡mamá!
  
                                                 María Hidalgo Acedo, alumna de 4º ESO B. 
          

     El asesino se acercó a la puerta e introdujo la llave en la cerradura, al entrar encontró la casa vacía y aprovechó para prepararlo todo. Sacó la comida de la mochila en la que la traía, unas velas, y preparó una mesa para dos. Después extendió pétalos hasta la entrada formando un pequeño pasillo en medio, por el que más tarde pasaría su amante y en  este caso, la víctima. Hablamos de Sara León, la prestigiosa actriz multimillonaria. 
   Al llegar esta a casa, se alegró muchísimo por la sorpresa de su querido amante sin saber aún su paradero. Al entrar en casa, esta le dijo: 
- Juan, ¿a qué viene todo esto? 
- Él contestó: quería demostrarte mi amor de una manera especial, y como hoy tu marido tiene cena de negocios pensé que… 
 Ella entonces le besó interrumpiéndole. Cenaron, charlaron, bebieron, escucharon música y bailaron hasta que llegó la hora de recoger.  Con mucha prisa empezaron a moverse de un lado hacia otro. Mientras Sara metía los platos en el lavavajillas, Juan aprovechó para preparar todo y tenerlo a punto. Cogió la pistola y se escondió en un armario hasta que Sara se dirigió al salón. Mientras se drogaba para poder cometer el crimen, ella le llamaba. Le dijo entonces que había otra sorpresa, ella se sentó en el sofá y se tapó los ojos como le había dicho. Al salir este del armario le puso la pistola en la cabeza y empezó a decirle todos los motivos por los que le guardaba tanto rencor y que la mataría. Sara le pidió que le concediera su última voluntad: interpretar la secuencia de la película que la había hecho tan famosa, una de las favoritas de Juan. Este cedió. Mientras ella interpretaba de manera tranquila, intentando embaucar a su amante y pensando una forma de escaparse de aquella desesperada situación, que acabaría con un final trágico para su persona, su marido entraba por la puerta trasera, pues no había llevado llaves de la puerta principal. Al entrar, este escuchó a Sara actuando, cuando conociéndola, sabía que nunca lo haría estando sola. Al decirle ella que pasaría todo el día sin compañía, este se extrañó. Se asomó un poco por la puerta de la cocina para ver de quién se trataba y vio a  Juan apuntando con la pistola a su esposa. Sin perder la calma y reaccionando de manera casi instintiva, cogió un cuchillo y se dirigió silenciosamente hacia él. Le atravesó el pecho sin darle tiempo a reaccionar. 
  Sara le contó todo lo sucedido, este la perdonó y enterraron después el cuerpo de Juan en un descampado. Nadie descubrió nunca este delito, pues al ser Juan un hombre solitario y sin familia ni trabajo, nadie le echó de menos. 

          Noelia Núñez Benítez, alumna de 1º de Bachillerato B. 








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