jueves, 27 de diciembre de 2012

UNA CUESTIÓN DE COJONES


 
   
    Vivo en una ciudad dedicada casi por entero a la enseñanza del castellano. A Salamanca vienen estudiantes norteamericanos, japoneses, europeos, chinos, hispanoamericanos... De todo el mundo. Vienen "a aprender español" o a estudiar literatura española, y de paso, a conocer y vivir en una preciosa ciudad, la ciudad con más bares per capita de toda España, que siempre es un dato a tener en cuenta. Aquí se les conoce como "los guiris". Y los guiris siempre están quejándose -borrachos o serenos, es igual- por sus dificultades con nuestras acepciones. Ni viviendo aquí veinte años acabarían de entender nuestro idioma al 100 por 100. Eso y el frío que hace aquí en invierno, les puede. O mejor, les pueden las diferencias de temperatura: porque Salamanca es una ciudad que pasa de los 40º o más del verano a los 15º bajo cero que en algunas ocasiones hemos tenido en invierno. Por eso hay tantos bares: para refrescarse o para calentarse, según la estación. Pero volveré al tema, que me disperso. El tema era la complejidad lingüística de muchas de nuestras expresiones. A eso únanle las nuevas reglas gramaticales que acaban de sacarse de la manga los señores académicos de la lengua para acabar de volvernos locos a todos... En efecto, muchos guiris han decidido claudicar y entregarse definitivamente al alcohol y a la perdición, y se les puede ver deambulando con su derrota idiomática, pero muy felices, por bares como el Erasmus, el Holy Cross, el Irish Rover, el Corrillo o el Camelot. 

     Una muestra de la riqueza y complejidad de nuestra lengua castellana es el ingente número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada referencia a los atributos masculinos: cojones. A alguien un día le dio por analizar tal palabra y sus múltiples significados (desconozco quién fue, pero ¡ole sus cojones!)*, así que para que no se pierda tal cúmulo de sabiduría lingüística barnizado con un fino humor estilo british, he decidido transcribir el texto para que si por fin la tormenta perfecta (pero la de verdad) nos lleva, quede algo para las generaciones venideras (si es que las hay). 

     La palabra en cuestión es polisémica de cojones. O más que polisémica, diríase que es una palabra con mil acepciones según el modo de utilizarse o el contexto. Si va acompañada de un numeral, tiene significados distintos según el número utilizado: así, uno significa caro o costoso ("valía un cojón"). Dos significa valentía ("tenía dos cojones"). Tres implica desprecio ("me importa tres cojones"). Un número muy grande, si es par, significa dificultad ("lograrlo me costó mil pares de cojones").

     El verbo cambia el significado; "tener" indica valentía ("aquella persona tiene cojones"), aunque con signos exclamativos puede significar sorpresa ("¡tiene cojones!"). "Poner" expresa un reto, especialmente si se ponen en alguna superficie ("puso sus cojones encima de la mesa"). También se los utiliza para apostar ("me corto los cojones por...") o para amenazar ("te corto los cojones").

     El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase; así, el presente expresa molestia o hastío ("me toca los cojones"). El reflexivo significa vagancia ("se estaba tocando los cojones"). Pero el imperativo significa sorpresa ("tócate los cojones"). Por otra parte -por si no era ya bastante complicado-, los prefijos y sufijos modulan su significado: "a" significa miedo ("estoy acojonado"); "des" implica cansancio o risa ("estaba descojonado"); "udo" implica perfección o simpatía ("es un coche cojonudo" o "el tío ese es cojonudo"); y "azo" se refiere a abulia o indolencia ("¿Pablo? ¡menudo cojonazos está hecho!"). 

     Las preposiciones matizan o modulan la expresión. Así, "de" conlleva éxito ("me salió de cojones") o cantidad ("hacía un frío de cojones"); "por" expresa empeño o voluntariedad ("lo haré por cojones"); "hasta" expresa límite de aguante o rebosamiento de la paciencia ("estoy hasta los cojones"); "con" indica valor, valentía ("era un hombre con cojones") y "sin" se refiere a cobardía ("era un hombre sin cojones"). "Con" y "sin" también pueden reforzarse con un numeral ("era un hombre con/sin dos cojones"). Incluso puede denotar extrañeza o un sentimiento de descorazonada perplejidad ("tiene cojones la cosa")...

    El frío, la forma, el tamaño o la simple tersura de los cojones también conllevan significados distintos: el color violeta expresa frío ("se me quedaron los cojones morados"). La forma implica cansancio o cabezonería ("tenía los cojones cuadrados"). Pero el desgaste implica experiencia ("tenía los cojones pelados de tanto repetir lo mismo en clase"). Es importante el tamaño y la posición ("tiene dos cojones grandes y bien plantados"); sin embargo, hay un tamaño máximo ("tiene los cojones como el caballo de Espartero"), y este tamaño máximo no puede ni debe superarse, porque entonces indicaría torpeza, indolencia o vagancia ("se pisa los cojones", "le cuelgan los cojones", "arrastra los cojones", "se sienta sobre sus cojones", o incluso "necesita una carretilla para llevarlos"). 

    La interjección "cojones" significa sorpresa ("¡cojones!") y acentuándola artificialmente en el lenguaje verbal como esdrújula, más sorpresa aún ("¡coooojones!"). Y cuando uno se halla perplejo, los solicita ("manda cojones"). En ese ignoto lugar -y no en el cerebro- reside la voluntad y de allí salen las órdenes ("lo haré así porque me sale de los cojones" o "no voy porque no me sale de los cojones"). Puede también utilizarse para hacer ver al interlocutor que se desconoce algo ("no se de qué cojones hablas").

     En resumen, creo que es prácticamente imposible encontrar una palabra en castellano o en cualquier otro idioma con tamaño número de acepciones. Y espero que la utilicéis cada día más, pues es una manera cojonuda de enriquecer nuestro vocabulario. Lo de la sintaxis y la ortografía, por desgracia, es tema aparte. Algún día prepararé algo para esa parte de la sociedad mayoritariamente surgida del desastre de la LOGSE (de la que mis lectores están fuera, por suerte), esa alegre masa juvenil que se prodiga en Facebook, en Twitter, en Tuenti, en los foros, y que cree que el móvil es una tabla de sabiduría que nos conecta con el mundo vía sms. Esa parte de la sociedad que pone faltas de ortografía hasta cuando habla...

LAS RUINAS DE ISENGARD.  





miércoles, 26 de diciembre de 2012

LOCUCIONES VERBALES, FRASES HECHAS, REFRANES Y MULETILLAS




           En primer lugar tendría que definir estas “particularidades” que tiene nuestro propio idioma y que llaman tanto la atención.
      
     Comencemos por las locuciones verbales que son grupos de palabras de las cuales al menos una es un verbo, aparecen siempre unidas y tienen el mismo significado que un verbo. Siempre hay que entenderlas en el sentido figurado, como por ejemplo, “tirar la toalla” (abandonar algo).  
      
     En cuanto a las frases hechas, se reconocen éstas por ser de uso común y expresar una sentencia a modo de proverbio. Ejemplo: En el medio está la virtud. En ocasiones, no incluye sentencia alguna (Como anillo al dedo).    
       
     Y ¿cómo podemos buscar ambas formas en el diccionario? Pues es fácil. Salvo excepciones, si en la locución o frase hecha aparece un sustantivo, hay que buscar su significado en ese sustantivo (a ojo de buen cubero); si no hay sustantivo hay que buscar su significado por el del verbo que aparezca (pasarse de listo); si no hay verbo, por el adjetivo (por todo lo alto); si son locuciones adverbiales, prepositivas o conjuntivas debemos buscarlas por el primer adverbio, preposición o conjunción que aparezca.
       
     No hace falta recalcar que las frases hechas y las locuciones son de los elementos que más dificultan el aprendizaje de una lengua extranjera. Y que constantemente las estamos utilizando, no solo nosotros; también, y tal vez más, nuestros padres y abuelos.

      Por lo que respecta a los refranes (“dicho agudo y sentencioso de uso común”, DRAE), pasa lo mismo que con las frases hechas y las locuciones, sirven para dar expresividad, recalcar y apoyar una argumentación. Algunos son universales y otros son propios de una comunidad.  
   
       Y por último, las muletillas que son voces o frases que se repiten mucho por hábito. Suelen ser expresiones innecesarias, comodines o palabras abstractas y breves, generalmente pronombres o jergas, que se utilizan sin cumplir una función primordial en una determinada oración.
        
       A continuación, ofrecezco ejemplos de cada modalidad, pero de una forma más liviana y no tan tediosa. Leed y luego ya me diréis.                   
      
           LISTADO DE FRASES HECHAS Y LOCUCIONES VERBALES

*      A bombo y platillo  
*      A diestro y siniestro          
*      A la virulé (tener un ojo)
*      A ojo de buen cubero   
*      A troche y moche   
*      Acercar / Arrimar el ascua a su sardina       
*      Aguar la fiesta                   
*      Ahogarse en un vaso de agua 
*      Andar(se) con pies de plomo   
*      Al pie de la letra                   
*      Ancha es Castilla               
*      Apretarse el cinturón                      
*      Apuntarse a un bombardeo     
*      Armar la de Dios es Cristo  
*      Arrimar el hombro              
*      Bailar el agua ( a alguien)
*      Caer la cara de vergüenza   
*      Caérsele el alma a los pies 
*      Cantar las cuarenta (al lucero del alba) 
*      Coger el toro por los cuernos          
*      Como quien oye llover                    
*      Corriente y moliente                       
*      Cortar las alas                               
*      Coser y cantar (ser)           
*      Costar un ojo de la cara / un riñón / un huevo (vulgar)
*      Dar en bandeja                  
*      Dar la cara                        
*      Dar la espalda                               
*      Dar la nota                        
*      Dar vela en este entierro     
*      De tomo y lomo                 
*      De uvas a peras                 
*      Dorar la píldora (a alguien)
*      Echar balones fuera           
*      Echar chispas                               
*      Echar las campanas al vuelo          
*      Echar leña al fuego            
*      Echar sal en la herida                    
*      Echar toda la carne en el asador 
*      Echar una mano                
*      En un abrir y cerrar de ojos / En un santiamén         
*      Escurrir el bulto                   
*      Estar a verlas venir             
*      Estar en Babia                              
*      Estar entre la espada y la pared
*      Estar entre Pinto y Valdemoro
*      Estar para comérselo
*      Hacer de tripas corazón
*      Hacer estragos
*      Hacer la vista gorda
*      Hacer leña del árbol caído
*      Hacer mutis por el foro
*      Hacer oídos sordos
*      Hacerse el sueco
*      Ir de la Ceca a la Meca
*      Ir hecho un brazo de mar
*      Irse por los cerros de Úbeda
*      Lavarse las manos
*      Levantarse con el pie izquierdo
*      Limpio de polvo y paja (estar algo)
*      Llegar y besar el santo
*      Llevar a alguien por la calle de la Amargura
*      Llevar la batuta
*      Llevar la voz cantante
*      Llevar las de perder
*      Matar el gusanillo
*      Meter baza
*      Meter la pata
*      Montar en cólera
*      Montar un pollo
*      Morderse la lengua
*      Nadar y guardar la ropa (saber)
*      No andarse con chiquitas
*      No caberle a alguien el corazón en el pecho
*      No dar pie con bola
*      No dar palo al agua
*      No llegarle a uno la camisa al cuerpo
*      No tener dónde caerse muerto
*      No ver tres en un burro
*      No tener ni pies ni cabeza
*      Pasar las de Caín
*      Pedir peras al olmo
*      Perder la cabeza
*      Pisar los talones (a alguien)
*      Poner algo entre comillas
*      Poner el cascabel al gato
*      Poner la peras al cuarto
*      Poner los puntos sobre las íes
*      Poner una pica en Flandes
*      Por arte de birlibirloque
*      Quedar en agua de borrajas
*      Ser a la buena de Dios
*      Ser de rompe y rasga
*      Ser (el) cabeza de turco
*      Ser carne de cañón
*      Ser del año de la pera / de Maricastaña / de la Polca
*      Ser la repanocha
*      Ser más feo que Picio
*      Ser más papista que el Papa
*      Ser un lobo con piel de cordero
*      Ser una mosquita muerta
*      Ser pan para hoy y hambre para mañana
*      Sin tapujos (hacer algo)
*      Tener azogue
*      Tener dos dedos de frente
*      Tener el baile de San Vito
*      Tener en la punta de la lengua
*      Tener los pies en el suelo
*      Tener manga ancha
*      Tener mano izquierda
*      Tener (buen) ojo
*      Tener un nudo en la garganta
*      Tirar la casa por la ventana
*      Tomar las de Villadiego
*      Valer un Potosí
*      Vestir un santo para desnudar a otro
*      Ver las estrellas
*      Ver los toros desde la barrera
*      Ver las orejas al lobo.
*      Verlas venir.


 EXCELENTE ARTÍCULO DE JUAN JOSÉ MILLÁS SOBRE LAS FRASES HECHAS


    Me gusta la expresión gas natural y el conjunto de términos penosa enfermedad, pero me muero por paquete intestinal, paraíso fiscal o placa bacteriana, con independencia de lo que signifiquen. Hay palabras que viven asociadas entre sí, formando un próspero negocio lingüístico que se transmite de generación en generación sin que decaiga su uso, aunque sí su sentido. Pero a quién le importa el significado en un mundo en el que se hacen manifestaciones callejeras a favor de un jugador de fútbol o en el que a lo más que puedes aspirar es a ser reo o verdugo, lo mismo da, el programa Tómbola, financiado por los poderes públicos para contribuir a la educación del país.
-¿De qué murió tu abuelo?
-De una penosa enfermedad.
-Te acompaño en el sentimiento.
 
  Acompañar en el sentimiento no compromete a nada, de hecho, si uno acompaña convenientemente en el sentimiento a los deudos puede ahorrarse acudir al entierro, o al funeral, que siempre es un engorro. O sea, que las frases hechas tienen su utilidad. En las necrológicas de la prensa diaria todos los días aparece alguien que ha fallecido de una penosa enfermedad, lo que ahora mucho espacio. Si hubiera muerto de un proceso infeccioso en el conducto colédoco, que se tradujo en una alteración del torrente sanguíneo, afectado por la invasión de materiales sépticos pongamos por caso, la necrológica se haría larguísima y saldría por un ojo de la cara. Lo de penosa enfermedad está muy bien, porque liquida el asunto en dos palabras, nunca mejor dicho, y provoca en el lector un movimiento de piedad por el recién fallecido.
 
Pasa lo mismo con la frase "Falleció el día tal recibido los Santos Sacramentos y la Bendición de su Santidad". Todo el mundo sabe que no significa nada, porque es prácticamente imposible administrar los Santos Sacramentos y la Bendición de su santidad a todos los que palman, pero adorna la esquela. No hay nada más triste que una esquela sin muebles. No sé si se han fijado ustedes en las de los laicos: sin cruz ni Santos Sacramentos, ni bendición papal, ni nada. Quedan como un salón sin sofá. Es cierto que la frase citada parece de skay, pero eso precisamente la hace más cutre y en consecuencia más familiar también. Yo soy bastante agnóstico pero me desagradaría mucho que mi esquela quedara tan desangelada como la de los comunistas militantes, en los que no hay cuñadas ni hijos políticos que pidan una oración por tu alma.              
  Prefiero un disparate al vacío. Por ejemplo: "Falleció tras un largo proceso de ensañamiento terapéutico". Me gusta mucho esta expresión nueva: ensañamiento terapéutico, que comparada con la de los Santos Sacramentos parece un sofá de piel. Así que no hay más que hablar: que me la pongan, aunque no se ensañen. ¿Qué le debo? 

  Una canción del célebre grupo "Gabinete Caligari" en la que se comenta una serie de refranes que no se cumplen. 

Me levanté temprano
pero Dios no me ayudó.
Anduve muy caliente
y la gente se rió.
No le miré los dientes
y qué poco me duró.
Dejé correr el agua
y la sed me consumió.
Pero al fin algo
sí se cumplió:
quien bien me quiso
si que me hizo llorar.
¡Malditos refranes!
El último reí
pero no reí mejor.
le puse buena cara al mal tiempo y continuó.
Me arrimé a un buen árbol
y me sigue dando el sol.
Hice de Viridiana
y un pobre me la jugó.
Pero al fin algo...llorar.
¡Malditos refranes!
No quiero escuchar más.
Malditos refranes.
Acude al refranero
si quieres encontrar
antídoto o veneno
para tu voluntad.
Aunque ya sabrás
si eres buen entendedor
que pocas palabras
bastarán entre tú y yo.

Grupo Gabinete Caligari

        LOS REFRANES (“EL CLUB DE LA COMEDIA”)

    Buenas noches. Traigo un humor de perros. Vengo de un bar donde me he encontrado con un camarero refranero, ¡Tela marinera! Diez minutos ha tardado en traerme un café y cuando le digo: ¡Hombre, ya era hora!. El tío me suelta: Más vale tarde que nunca. Y entonces me fijo...: Oiga, aquí hay un pelo.... Y me suelta: Bueno, ¡donde hay pelo hay alegría, hombre!. Joder, qué alegría ni que leches, haga el favor de ponerme otro café y dese un poquito de vidilla que me tengo que ir. Y me contesta: Bueno, bueno, vísteme despacio que tengo prisa...Oiga, ¿Me va a contestar a todo con refranes? Ya sabe, hombre refranero, medido y certero. ¿Certero? Pues me está usted tocando un poco las tres de la tarde, la verdad...; el que se pica,ajos come... ¡Joer, qué brasa! Que se me han quitado las ganas de café y de vivir y de todo... Y todavía cuando salgo, para rematar la faena me dice: A enemigo que huye, puente de plata. Nada, que no hay quien pueda con un refranero. Y es que cuando la gente dice un refrán, se cree que está diciendo una verdad indiscutible. Y, me van a perdonar, pero no es así.
    Siempre se ha dicho que los refranes son anónimos, pero yo creo que no es difícil saber quien los ha hecho, es más, estoy convencido de que están hechos por una sola persona. Un hombre, para más señas. Y analizándolos, hasta podría hacerles un retrato robot del individuo: Para empezar, estaba como una cabra. Porque algunos refranes no tienen ningún sentido. Explíqueme éste: Cabeza gorda, ojos hermosos ¿Cómo que cabeza gorda, ojos hermosos? Eso es mentira. No hay más que ver a Pujol...
    ¿Y éste? Va uno y dice... Al revés te lo digo para que me entiendas... Pero bueno ¿Tú eres gilipollas? Dímelo al derecho y te entenderé. El inventor de los refranes o era tonto o tenía más morro que un oso hormiguero. Se inventaba un refrán, pero siempre tenía otro preparado por si le pillaban: ¿Qué se quería ir a hacer footing? A quién madruga Dios le ayuda... ¿Qué se le pasaba la manía del footing? No por mucho madrugar amanece más temprano... ¿Qué le daba por acostarse pronto? A las diez, en la cama estés... ¿Qué se le pasaba la manía de acostarse pronto? Quien mucho duerme, poco vive... Y arreglado. En fin, que a mí me descoloca.
   Con el amor también se contradice: Contigo, pan y cebolla. Pero luego tiene otro refrán: Tanto tienes, tanto vales, que esto me lo creo más. Porque, tú vas con unas stock options a una discoteca y ligas con la que te dé la gana... Ahora, ¡Vete tú con una barra de pan y una cebolla y verás lo que te comes...! Como no te comas la cebolla...
   Además, no creo que él estuviera muy puesto en este tema, y digo él porque estoy convencido de que es un hombre. Sobre todo teniendo en cuenta que hay un refrán que dice El hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso ¿Cómo creen ustedes que sería el tío éste? ¿Guapo o feo? ¡Pues feo! ¡Por eso se inventó el refrán! El tío tenía que ser un regalito. Cabeza casposa, poco piojosa ¿Pero, será desagradable?...
   Eso sí, luego era delicado, no se crean que le gustaba cualquiera... A la mujer, le pedía unas condiciones imposibles: Teta que la mano no cubre, no es teta, que es ubre y Teta que baila en la mano, no es teta que es grano. Vamos, que tenían que tener las tetas homologadas... Como un casco de moto.

   El tío tenía muy claro lo que le interesaba de las mujeres: A las mujeres y al papel, hasta el culo le has de ver... Que no me parece a mí, una forma de presentarse... Buenos días, ¿Me enseña usted el culo?... 
   Otro dato que conocemos del inventor de los refranes, es que no debía tener muy buen concepto de Dios, porque lo pone de vuelta y media: Dios da legañas al que no tiene ojos, Dios da mocos al que no tiene pañuelos. Vamos, que Dios no da ni una. Ya podría hacer un cursillo antes de ponerse a repartir a tontas y a locas. Pero éste es el peor: Dios da nueces a quien no tiene muelas ¡Hombre, eso ya es mala leche!
  Y para demostrarles que los refranes no tienen ni pies ni cabeza, les voy a decir unos que he encontrado en el refranero y que me han dejado totalmente alucinado: Chocolate y agua fría cagalera a medio día ¡Ole! A una mujer bigotuda, desde lejos se saluda ¡Venga! ... Y mi favorito: Al que no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas ¡Toma ya!
  Después de lo visto, está claro que el tío era un impresentable y que la mayoría de los refranes los hacía sólo porque rimaban... En agosto, frío al rostro... Claro, como rima, pues ya está... Así cualquiera hace un refrán... Yo mismo: En enero, aquí te espero, En octubre... pon la lumbre y En mayo... cuídate el callo ¡Mira como Julio no tiene refrán...! ¡A ver quién le busca una rima a Julio! Les dejo que lo piensen. Buenas noches.

      

      TAMBIÉN DE “EL CLUB DE LA COMEDIA”: LAS MULETILLAS


  Buenas noches. ¿Qué tal están? ¿Se imaginan que cada uno de ustedes subiese aquí ahora mismo y me contase realmente “que tal está”?… “¿Pues yo acojonao con la hipoteca” “Pues yo estoy fatal de las cervicales y tengo que ver la tele con un espejo” “Pues yo muy bien, pero mi marido cada día está más tonto”… Sería terrible. Pero ustedes saben que yo no les digo “qué tal están” para que me lo cuenten… es una muletilla. Las personasno podemos vivir sin usar muletillas... Yo creo que es porque el cerebro es más lento que la lengua… O sea, que decimos algo así como “Voy a ponerme a hablar… para ver si mientras se me ocurre algo que decir”.
  La primera muletilla que aprendemos es “mamá”. Y la utilizamos para todo: “Mamaaaaá, leche” “Mamaaaá, pipi” “Mamaaaá, caca”. Llega un momento en que el que el niñoya sólo utiliza la coletilla… si te dice… “¡¡Mamá, mamá, mamá!!”… eso es que se está cagando. Pero si dice… “Mamaaaá” ¡Eso es que ya... !
  Y claro luego llegan al colegio y su muletilla principal es: “Que te cagas”. “Mi padre me ha comprado una Play-Station que te cagas” y también tienen otra que es “pos mi padre” … “Pos mi padre me ha comprado la Play-Station en la que salen todos los Pokemon”. “¡Pos mi padre es Pokemon y te va dar una paliza que te cagas!”
  Lo que pasa es que llega una edad en que al niño le salen pelos en las piernas y se da cuenta que aunque quiera no puede seguir diciendo: “Mamaaá…” Y entonces empieza a decir: “tío”: “¿Qué pasa tío? ¿De que vas tío? ¿Cómo está tu tío, tío?
  Y así vamos creciendo y creciendo… Y vamos almacenando cada vez más muletillas, hasta que llega un momento en que tenemos muletillas para cualquier situación. Por ejemplo, cuando estamos en grupo y de repente se acaba la conversación, mientras pensamos algo que decir, empezamos:

   ¡Aaaaayseñor...! “Pues sí...” “Aquí estamos”. “Pues eso...” “Pues estamos buenos”... Aquí un coletillero chistoso añadiría “Bueno estaba y se murió”... Y otro “Pues no estaría tan bueno...” “Es que no somos nadie” “Oye, pues el muerto al hoyo y el vivo al bollo” “Pues bueno” “Bueno estaba y se murió”. Y así hasta el infinito.
   Porque las coletillas definen nuestra personalidad: “Dime qué coletilla usas y te diré quien eres”… Por ejemplo están los que se creen que los demás somos imbéciles: “Estábamos en su casa, ¿entiendes?, y él se quedó en pelotas, ¿entiendes?, e hicimos el amor, ¿entiendes?”… Pero bueno, ¿en qué fase de la conversación cree que me he perdido?. Y luego están los inseguros que dicen… “Estábamos en su casa, ¿no?, y él se quedó en pelotas, ¿no?, e hicimos el amor, ¿no?”… Que aquí ya dan ganas de decirle… “¡Pues no lo sé, hija! Si tú tienes dudas… es que “no”, porque eso se nota ¿no?
   Por la muletilla que usan también se reconoce a los pijos… Por la muletilla y porque parece que estén saliendo de la anestesia del dentista. La muletilla favorita del pijo es “para nada... te lo juro”: “¿Has visto a Pepota?” “Para nada”… “¿Te gusta el funky?” “Para nada”… “¿Vales para algo? “Para nada... te lo juro”.
   De todos modos los reyes de la coletilla son los locutores de radio musical, que claro, como hablan tan deprisa no les da tiempo a pensar... Estos con cuatro coletillas y un reloj tienen el programa hecho: ¡Hey! Son las cuatro de la tarde, las tres en Canarias ¡guau! y en treinta minutos, llegaremos a las cuatro y media ¿No te parece increíble? ¡Hay que ver como pasa el tiempo!, ayer era sábado y mañana ya es lunes, o sea que tenemos el próximo fin de semana a la vuelta de la esquina… Y seguro que bailas música como ésta… Te dejo con ella cuando son las cuatro y dos minutos de la tarde...
  Dentro de nada las cuatro y cinco...”. ¿Qué les pasa? ¿Van drogados?
  Aunque los futbolistas tampoco se quedan cortos con las muletillas, y eso que estos no hablan deprisa… “Sí, la verdad es que... sí” “No, la verdad es que… no”. “Bueno, no sé, ¿no?” Y como los periodistas deportivos lo saben, se lo ponen fácil: “Quique, el partido bien, aunque habéis empezado el segundo tiempo un poco más flojos y luego habéis remontado al final, parece que os quedan fuerzas suficientes para el partido del próximo domingo que es donde tenéis que poner toda la carne en el asador”. “Ahora que lo dices, sí, la verdad es que... sí”.
   ¡Qué obsesión con la verdad tienen los futbolistas! Aunque esto no es nuevo, lo de usar la verdad como coletilla viene ya de los Evangelios. Estaban todo el día… “En verdad en verdad te digo...”, lo que daba lugar a conversaciones del tipo: “En verdad en verdad te digo, Judas, que ¿qué tal estás?” “Pues en verdad en verdad te digo, Jesús, que por aquí, traicionándote un rato”.
  Y luego están los políticos, que como no tienen nada que decir son los que más muletillas utilizan: “Puedo prometer y prometo” “Por consiguiente” “La Reina y yo, nos llena de orgullo y satisfacción”...
   A  algunos, de tanto usarlas, se les estropea el mecanismo. Como a Pujol “Forns forns  frons... frons frons frons frons... Para Cataluña”... o Fraga, “Fongrrnsss fongrsss msrrrss... Cien mil gaiteiros”… Y el mejor es Aznar que consigue alargar los discursos doblando sus propias muletillas: “¡Somos una nación moderna!” “¡¡Una nación moderna!!” Que es para decirle “¡Ya te hemos entendido” “¡¡Te hemos entendido!!”…
  
   Claro, así duran los discursos lo que duran, que les tienen que poner un himno para que se vayan. Con lo fácil que es despedirse a base de coletillas: “Hasta luego Lucas” “En fin Serafín” “Me piro vampiro”... O simplemente, buenas noches.


PASAPALABRAS DE 1º/2ª/3ª/4ª ESO

PRIMERA RONDA 1º/2º ESO A.      Nombre que designa a cosas inmateriales. (Abstracto) B.      Palabra de dos sílabas. (Bisílaba) C.      Deli...