Roberto es un chico de padres divorciados.
Contra su voluntad, tiene que pasar un mes de verano con su padre en un pequeño
pueblo en el que la única diversión es ver cómo pasa la gente por la plaza del
pueblo. En principio vivieron en una pensión, pero después se mudaron a las Ánimas,
la casa donde trabaja su padre. Dicha casa solariega fue propiedad de los Condes
de Luna, sin embargo, actualmente pertenecía a un señor llamado Requejo que
estaba buscando allí la manzana de Marco Polo.
Su
padre trabajaba en la capilla restaurando las imágenes y Requejo al ver que en
la capilla no encontraba nada claro, pagó a su padre y los dos se marcharon de
allí. Roberto descubrió que en el retablo de la iglesia estaba la manzana de
Marco Polo que en realidad era una bola del mundo. Roberto se calló y se marchó
pensando que habían sido las mejores vacaciones de su vida.
Es interesante la historia de este libro y
nos demuestra que, en ocasiones, debemos de conocer mejor a las personas que
nos rodean.
Víctor Manuel Cabrera Gordillo, alumno de
3º de la ESO B.
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