En esta sección también ofrecemos poemas de
los profesores de nuestro centro. En este caso, es un poema del profesor de
Ciencias Sociales, José Muñoz Fernández. Con este poema consiguió el IX Premio
Oliva de la Frontera
de Poesía (2001) y he de reconocer que esta faceta suya de poeta la desconocía.
Si tuviera que calificar con un adjetivo a
este compañero y amigo, lo haría con el término “polifacético” porque lo mismo
te planta una higuera o te hace un jardín japonés como que te explica la Revolución Industrial
del XIX. Todo un renacentista, vamos.
Amanece en Oliva. Silba el viento,
la mañana se enciende sigilosa,
el encinar despierta somnoliento,
la tenue luz del sol, suave se posa
en la vida ancestral de la dehesa,
en la rama, en la tierra que reposa,
en el agua, en la brisa que no cesa,
y en la viva razón de mi memoria,
que evoca mil recuerdos, y regresa
al eterno cobijo de la Historia:
Bochorno de verano en el río Ardila;
primaveras sin lluvia perentoria;
pastor curtido y sabio que vigila
con la luna, el rebaño en el otero,
mecido por la nana de la esquila,
bañado por el brillo del
lucero.la mañana se enciende sigilosa,
el encinar despierta somnoliento,
la tenue luz del sol, suave se posa
en la vida ancestral de la dehesa,
en la rama, en la tierra que reposa,
en el agua, en la brisa que no cesa,
y en la viva razón de mi memoria,
que evoca mil recuerdos, y regresa
al eterno cobijo de la Historia:
Bochorno de verano en el río Ardila;
primaveras sin lluvia perentoria;
pastor curtido y sabio que vigila
con la luna, el rebaño en el otero,
mecido por la nana de la esquila,
¡Cuánta poesía y pasión duerme en Oliva,
forjada con tesón y con esmero,
anhelando una pluma que te escriba
los versos que mereces, olivero!
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