Con la llegada del verano, por las calles
aparece una prenda que encierra un lenguaje secreto perdido y desconocido con
el inalterable paso del tiempo. Totalmente perdido en la época actual, como
medio de comunicación o de flirteo, el rico lenguaje del abanico jugó un
importante papel en la relaciones humanas y más concretamente en el flirteo
entre las mujeres y los hombres, donde éstas expresaban sus deseos, por medio
de este precioso complemento. Un simple
movimiento podía significar iniciar una relación amorosa o cortar de raíz
cualquier intención.
La
historia del abanico no es tan remota como se podría pensar en un principio.
Algo tan simple como abanicarse con los más diversos materiales (plumas, hojas
...) no dio lugar al abanico hasta una relativa reciente creación. Aunque
existían elementos para airearse el abanico de cierre y varillas se remonta
apenas a cinco siglos atrás. Existían elementos simples, como el conocido paipai
de una sola hoja rígida con un mango o empuñadura, y de gran variedad en formas
y tamaños.
Se cree que por el siglo XV entre los años 1400 a 1425 los abanicos
llegaron a China desde Corea. Los grandes viajeros los trajeron a Portugal,
España e Italia (cuna de los mayores descubridores del planeta) aunque según
recientes estudios se cree que los primeros abanicos plegables fueron introducidos
en Europa por los jesuitas. Catalina de Médicis los introdujo en Francia y en
Inglaterra, curiosamente, fue complemento obligado por protocolo en las damas
durantes actos oficiales y recepciones hasta 1939. En América, Moctezuma regala
a Cortés (entre otros muchos objetos de lujo) seis abanicos de plumas de
quetzal… En la corte de Enrique III, tomando como ejemplo el Rey que los
utilizaba, se hicieron muy populares.
El llamado “lenguaje de los abanicos”
consiste en una serie de movimientos con los que los amantes pueden comunicarse
sin tener siquiera que acercarse, aunque, eso sí, mirándose a los ojos. Lenguaje galante y de mujeres, permitía a
éstas expresar sentimientos o tomar iniciativas que el protocolo y la rígida
etiqueta les prohibían decir con la voz (ya fuera alta o susurrada).
Como diría el francés Teophile Gautier,
"las españolas realizan a la perfección: lo abren, lo cierran o lo
envuelven entre sus dedos con tal viveza y tan ligeramente que un prestidigitador
no podría igualar".
En todo caso, éstos son los principales
gestos del lenguaje secreto de los abanicos. Estad al quite...nunca se sabe
cuándo podéis volver a usar este sensual y tradicional modo de comunicación.
1. Abanicarse rápidamente. Te amo con
intensidad.
2. Abanicarse lentamente. Abanicarse
de forma pausada, significa soy una señora casada y me eres indiferente.
También si se abre y cierra muy despacio significa esto.
3. Cerrar despacio. Este cierre
significa un "Sí". Si se abre y cierra rápidamente significa,
"Cuidado, estoy comprometida".
4. Cerrar rápido. Cerrarlo de forma
rápida y airada significa un "No".
5. Caer el abanico. Dejar caer el
abanico significa: te pertenezco.
6. Levantar los cabellos. Si levanta los
cabellos o se mueve el flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que
no te olvida.
7. Contar varillas. Si cuenta las
varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar
con nosotros.
9. Apoyarlo sobre la mejilla. Si es
sobre la mejilla derecha significa "Si". Sobre la mejilla izquierda
es "No".
10. Prestar el abanico. Si presta el
abanico a su acompañante, malos presagios. Si se lo da a su madre, quiere decir
"Te despido, se acabó".
11. Dar un golpe. Un golpe con el
abanico sobre un objeto, significa impaciencia.
12. Sujetar con las dos manos. Si
sujeta el abanico abierto con las dos manos, significa "es mejor que me
olvides".
14. Cubrirse los ojos. Con el abanico
abierto, significa "Te quiero". Si se cubre el rostro puede
significar "Cuidado, nos vigilan.
15. Pasarlo por los ojos. Si se pasa el
abanico por los ojos significa, Lo siento. Si cierra el abanico tocándose los
ojos quiere decir, "Cuando te puedo ver".
16. Abrir el abanico y mostrarlo.
Significa, "Puedes esperarme".
17. Cubrirse la cara. Cubrirse la cara
con el abanico abierto, significa: Sígueme cuando me vaya.
19. Apoyar los labios. Si apoya los
labios sobre el abanico o sus padrones, significa desconfianza, "No me
fío".
20. Pasarlo por la mejilla. Significa,
"Soy casada".
21. Deslizarlo sobre los ojos.
Significa: "Vete, por favor".
22. Mano izquierda. Llevarlo en la mano
izquierda quiere decir: "Deseo conocerte". Moverlo con la mano
izquierda significa: "Nos observan".
23. Mano derecha. Llevarlo o moverlo
con la mano derecha, significa: "Amo a otro".
24. Pasarlo de una mano a otra.
Significa, "Estás flirteando con otra" o "Eres un
atrevido".
25. Girarlo con la mano derecha.
Significa: "No me gustas".
26. Tocar la palma de la mano. Quiere
decir: "Estoy pensando si te quiero".
27. Sobre el corazón. Apoyar el abanico
abierto sobre el corazón o el pecho, quiere decir: "Te amo" o
"Sufro por tu amor".
28. Darse en la mano izquierda. Darse
un golpe con el abanico cerrado en la mano izquierda significa
"Ámame".
29. Mirar dibujos. Mirar los dibujos
del abanico, quiere decir: "Me gustas mucho".
30. Bajarlo a la altura del pecho.
Significa: "Podemos ser amigos". También dejarlo colgado, quiere
decir "Seremos amigos".
31. Cerrarlo sobre la mano izquierda.
Quiere decir: "Me casaré contigo".
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