sábado, 19 de noviembre de 2011

ALUMNUS DIXIT: "Marianela".

 
    Marianela es una novela escrita por Benito Pérez Galdós. Trata de la relación entre dos jóvenes: Nela-Marianela- y Pablo. Este último es un muchacho ciego y adinerado al que ayuda y sirve Nela. Ella está convencida de que no sirve para nada debido a su fealdad y a su cuerpo débil, como éste no puede verla, él piensa que es muy bella tanto por fuera como lo es por dentro. Nela teme que algún día Pablo recupere la vista y todos los planes del futuro se vengan abajo.
      Así fue, traen la ciencia al pueblo y tras una operación larga y complicada, el muchacho deja de ser ciego y recupera la vista. Nela al enterarse quiere dejar de vivir, tiene miedo que Pablo la vea y deje de quererla. Cuando por fin se dejó ver, Pablo la confundió con una pobre y ésta murió seguidamente.

    Como veis, es un libro muy sentimental, se exponen los sentimientos de Nela y el amor que siente hacia Pablo, que, tras la operación, se fue desvaneciendo.
                          Marta Vázquez Delgado (alumna de 1º de Bachillerato B).
TEXTO A:

“-Quería ir con mi madre -repuso después de vacilar un instante-. No quería vivir más. Yo no sirvo para nada. ¿De qué sirvo yo? ¿No vale más que me muera? Si Dios no quiere que me muera, me moriré yo misma por mi misma voluntad.
-Esa idea de que no sirves para nada es causa de grandes desgracias para ti, ¡infeliz criatura! ¡Maldito sea el que te la inculcó o los que te la inculcaron, porque son muchos!... Todos son igualmente responsables del abandono, de la soledad y de la ignorancia en que has vivido. ¡Que no sirves para nada! ¡Sabe Dios lo que hubieras sido tú en otras manos! Eres una personilla delicada, muy delicada, quizás de inmenso valor; pero ¡qué demonio!, pon un arpa en manos toscas...¿qué harán?, romperla... “



TEXTO  B: 

 “El tercer día le dijo Golfín:
- Ya se ha enterado usted de gran parte de las maravillas de mundo visible. Ahora es preciso que vea su propia persona.
  Trajeron un espejo y Pablo se miró en él.                                         
- Este soy yo…-dijo, con loca admiración-. Trabajo me cuesta el creerlo… ¿Y cómo estoy dentro de esta agua dura y quieta? ¡Qué cosa tan admirable es el vidrio! Parece mentira que los hombres hayan hecho esta atmósfera de piedra…Por vida mía, que no soy feo… ¿no es verdad, prima? Y tú, cuando te miras
aquí, ¿sales tan guapa como eres? No puede ser. Mírate en el cielo transparente y allí verás tu imagen. Creerás que ves a los mismísimos ángeles cuando te veas a ti misma.
    A solas con Florentina, y cuando ésta le prodigaba a prima noche* las atenciones y cuidados que exige un enfermo, Pablo le decía:
 - Prima mía, mi padre me ha leído aquel pasaje de nuestra          historia, cuando un hombre llamado Cristóbal Colón descubrió el Nuevo Mundo, jamás visto por hombre alguno de Europa. Aquel navegante abrió los ojos del mundo conocido para que viera otro más hermoso. No puedo figurármelo a él sino como a un Teodoro Golfín, y a la Europa como a un gran ciego para quien la América y sus maravillas fueron la luz. Yo también he descubierto un Nuevo Mundo. Tú eres mi América; tú eres aquella primera isla hermosa donde puso su pie el navegante. Faltole ver el continente con sus inmensos bosques y ríos. A mi también me quedará por ver quizá lo más hermoso…
   Después cayó en profunda meditación, y al cabo de ella, preguntó:
- ¿En dónde está la Nela?
- No sé qué la pasa a esa pobre muchacha-dijo Florentina-. No quiere verte, sin duda”.

*  Prima noche: expresión que significa “la primera hora después de ponerse el sol”.

TEXTO C:

“Por las noches, después de cenar, rezaban el rosario. Tambaleándose como sacerdotisas de Baco, y revolviendo sus apretados puños en el hueco de los ojos, la Mariuca y la Pepina se iban a sus lechos, que eran cómodos y confortantes, paramentados con abigarradas colchas. Poco después oíase un roncante dúo de contraltos** aletargados que duraba sin interrupción hasta el amanecer.
(…)
Acomodados así los hijos, los padres permanecían un rato en la pieza principal, y mientras Centeno, sentándose estiradamente junto a la mesilla y tomando un periódico, hacía mil muecas y visajes que indicaban el atrevido intento de leerlo, la Señana sacaba del arca una media repleta de dinero, y después de contado y de añadir o quitar algunas piezas, lo volvía a poner cuidadosamente en su sitio
”.

** Contraltos: voz femenina grave. 

“La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil, y el escribir, preciso” (Francis Bacon).

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