Umbralejo es un pueblo abandonado en la provincia de Guadalajara, pero para nosotros es mucho más que eso. Allí hemos coincidido con veinticinco maravillosas personas de Soria, con las que hemos reído, disfrutado, llorado y un sinfín de cosas más. Hemos cogido una relación muy fuerte con estas personas, pues están llenas de alegría. Y es lógico, pues hacíamos todo acompañados, desde dormir hasta cuidar animales en los distintos tajos que nos tocaban. Nos dividieron en grupos, y cada día íbamos a uno distinto. Ganadería con Carlos, mantenimiento con Chema, reciclaje con Reme y limpieza con Luisa. Todas personas maravillosas que nos trataron de lujo desde el primer día hasta el último. También hacíamos talleres como cestería, american football, perfumería y muchos más. En todos ellos acompañados de otro monitor, que nos contaba anécdotas y experiencias que les habían pasado en todos los años que llevaban trabajando en Umbralejo. Por ejemplo, Chema nos contó que tenía una bala en la cabeza, que ya no sabíamos si creerlo o no.
Esta experiencia te sirve para recapacitar, sobre cómo se vivía antes y cómo se vive
ahora, y lo afortunados que somos de poder vivir en nuestra época.
Allí desconectamos de los móviles, las preocupaciones y los estudios, y solamente
nos centramos en disfrutar y vivir esa maravillosa experiencia.
Pero sin duda lo más bonito fue estar acompañado de los chicos y las chicas de
Soria, porque con ellos hemos compartido una de las semanas más maravillosas de
nuestras vidas. Hay muchas anécdotas para contar, como por ejemplo cuando
sacamos a Diego en procesión por todo el pueblo o cuando casi incendiamos la
casa Veleta. Hay muchas más, pero se haría esto un libro y otras que no se pueden
contar, pero para hacerse una idea, un chaval se saltó a una casa entrando por la
ventana de la planta de arriba. Allí hemos hecho amigos, hemos compartido
experiencias, hemos vivido momentos maravillosos y todo esto quedará para
siempre en nuestra memoria
Nunca llegamos a pensar que cogeríamos tanta confianza y echaríamos tanto de
menos en tan poco tiempo a gente que, hasta hace una semana, eran completos
desconocidos.
Eso es Umbralejo.
Javier Espino Trejo, alumno de primero de Bachillerato.
Javier Espino Trejo, alumno de primero de Bachillerato.
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