A finales del curso de 2016/2017 tuvimos el concurso literario del IES "Fuente Roniel". En ella destacaron dos alumnas de segundo de la ESO y una de primero.
La historia trata sobre el castillo del marqués que estaba normalmente vacío durante el verano. Pero ese año ocurrió algo inesperado. Redacte una historia sobre uno de estos temas, que tengan un final sorprendente: una niña siempre enferma, una escuela abandonada y un crucifijo roto.
He aquí los textos ganadores:
"Todo empezó un precioso amanecer de septiembre. En aquel pequeño, minúsculo pueblo cada uno hacía su labor, lo cierto es que nadie se despertada cantando su canción favorita, ya ningún hombre se despedía con dos besos a su esposa antes de irse a trabajar. El ambiente era frío, ver cada día a personas que solo piensan en sus problemas me aburre. Me contaron que todo cambió desde el derrumbamiento de ese edificio antiguo y descuidado por el que pesaba cada mañana al volver a casa. Escuché que era una escuela, la abandonaron por…”Fantasmas”. La verdad es que nunca creí en esas historias, pero siempre que pasó por ese edificio un escalofrío me recurre la espalda. Siempre me ha integrado la idea de saber que hay dentro. Hace pocas semanas pasé por extraño lugar y se veía el chasquido de la madera al quemarse, como si alguien hubiese encendido una hoguera…Hace siglos que nadie pisa esa escuela, pero no seré yo otro cobarde que no se atrevía a descubrir el secreto que esconde.
La noche de el 13 de enero de 1953 entré en ese oscuro lugar. Escuchaba ruidos y podías sentir un ambiente sombrío, como si esa estúpida historia que me contaron fuese verdad. Iba caminando por cada una de las clases y los polvorientos pupitres me hacían imaginar a los niños, ahora sin vida.
En una de las clases algo me llamó la atención, un crucifijo del revés, me acerqué y justo cuando fui a tocarlo una risa dulce y tenebrosa a la vez recorrió mis oídos… Me giré y presencié a una chica con la piel blanca como la cal, sus pupilos aún más blancos que su piel, un vestido precioso pero roto sucio.
No podía huir. Esa niña…se parecía tanto a mi madre…Sin duda, alguna era ella. No podría soportar su risa…
El crepitar de las llamas y la madera quemándose volvió. La antigua escuela quedó hecho cenizas, conmigo dentro… Pasé a ser uno de ellos…
A veces vale más la pena tragarte la curiosidad y pasar de largo, pero siéndole un simple cobarde".
Elizabeth Sánchez Ramos, 2º ESO C.
"Una escuela abandonada"
"Dos gemelos hijos de famosos espías españoles, embarcaron en una nueva aventura. Tras cumplir los dieciocho años, estos sustituirían el puesto de sus padres. El nuevo destino será Arizona. Esta vez viajarán solos y será su primera misión de quizás muchos, o quizás no.
Salieron rumbo a esas cálidas y secas tierras. Un duro y largo viaje con numerosos turbulencias superaron. Se alojarían en un prestigioso hotel, pero no estarían ellos solos. Allí se reunirían todos los hijos de los más reconocidos espías. Iban sin instrucciones, tan solo sabían que tendrían que seguir las pistas que les darían. Fueron superando variadas pruebas, y una tarde su verdadera misión comenzó. Alguien anónimo envió una carta citándoles a las doce de la madrugada en una vieja, abandonada y alejada escuela. Allí conocerían a los que serían sus compañeros, pues todos tendrían que unir sus esfuerzas para salir de aquel lugar. Aquella habitación, poco iluminada, quedó sin ninguna salida. Repentinamente la puerta se cerró y ya no se podía abrir más. No entendían el motivo por el cual aquello sucedió.
Ellos no sabían que en tan solo media hora, deberían encontrar la salida oculta, porque si no la encontraban morirían. La habitación empezó a menguar su tamaño. Ellos empezaron a notarlo y sin saber qué hacer empezaron a entrar en pánico. Un total de cinco individuos juntos en una habitación, en la que podrían morir. Estos gemelos propusieron una idea, consistía en intentar parar las máquinas que había detrás de las cuatro paredes. Pero ningún objeto consiguió soportar esa presión. Quedaban pocos metros cuadrados en la habitación, y ya no podían hacer nada. Ambos gemelos cayeron contra la pared y el pesado cuadro que había en ella también. Ahí estaba la solución. La salida estaba frente a ellos. Cansados salieron de allí quedándose ultimos los gemelos. Intentaron salir, pero uno de ellos quedó atrapado. Su hermano hizo lo que pudo por él. No consiguió sacarlo de allí, pues no le quedaba apenas fuerza. Murió encerrado en aquella habitación, pero su hermano se quedó junto a él. Sus ultimas palabras decían: “Hermano, si morimos, morimos juntos”.
Benilde María Guerrero Vacas, 2º ESO C.
“Siempre estuvo presente”
"Hace mucho tiempo que nadie pisaba el suelo de aquel castillo deshabitado en verano desde la esposa del marqués falleciera por una enfermedad hace diez años. Desde entonces el marqués y su hija Daniela vivían en una casa lejana, les dolió tanto la pérdida de su madre que no querían estar en el castillo donde habían estado durante tantos años.
Un día, el marqués conoció a un pobre muchacha y se enamoró perdidamente de ella. Tras comentarle a Daniela lo que sentía por aquella joven, no le hizo ningún tipo de gracia y se enfadó con su padre. No quería tener a su lado ninguna mujer que no fuese su madre. El marqués y la chica, Raquel, se fueron a vivir esta vez al castillo con su hija Daniela dispuestos a casarse. Daniela no soportaba a su madrastra y menos en aquel día en el que se casaron y oficialmente ya sería su ahijada. La niña cayó enferma durante un año, no se deshacía de aquella enfermedad que padecía. Quien cuidadaba de Daniel era Raquel. El marqués empezó a preocuparse demasiado por su hija, no dormía por las noches ni comía.
Un día a las doce de la noche empezó a soplar fuerte el viento, los platos de la vajilla se cayeron y todas las luces de la habitación del hombre se apagaron. En el espejo apareció la imagen de su mujer muerta, la cual le avisaba de que algo estaba mal y que poco a poco el corazón de su hija se debilitaba. No fue la primera vez que se presentó en el castillo, la hizo una segunda vez. Hasta que una mañana encontraron un bote de líquido que hacía que tengas una muerte dulce en la papelera. ¿Quién fue? Su madrastra tenía una gota de ese mismo líquido en el vestido y gracias a eso pudieron coger a tiempo la enfermedad que padecía Daniel. Poco a poco, Daniela se recuperó y por las noches hablaba con su madre en la cama. Desde entonces, el marqués lo tuvo muy claro, antes que nada iba su niña y jamás haría algo igual. Un día, el día de su muerte de su madre, Daniel y su padre fueron a la misa como todos los años pero ocurrió algo que jamás habrían imaginado…El cuerpo de la difunta cobró vida, salió del ataúd, cogió de la mano a su marido y a su hija y los llevó a una casa lejana. Nadie habría imaginado esto pero…una madre siempre está cuando la necesitas, y cuando no…también están a tu lado. Desde entonces vivieron juntos en una montaña, los tres eran felices.
Pero… siempre se preguntaron una cosa, ¿qué quería conseguir Raquel con la muerte de Daniela? Nunca lo supieron, estuvo encerrada de por vida en la cárcel".
Gema Rico Moreno, 1º ESO B.
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