En esta redacción voy a hablar de la vida de mi abuelo Maxi, porque creo que ha tenido muy intensa labor y me puedo servir como un referente personal.
Él es una persona muy cariñosa y trabajadora. Además, amante de su familia, enseñándonos siempre los valores positivos de la vida para que, primeros sus hijos y luego nietos sepamos valorarla. Él nació el 2 de octubre de 1942 en Fuente del Maestre en una familia humilde. Fueron siete hermanos, y él, el pequeño de todos.
Desde muy pequeño tuvo que alejar la escuela para ponerse a trabajar de camarero; iban a la ribera a por arena y la llevaban a los pueblos cercanos. Después de ser camarero, se fue a hacer el servicio militar y allí se sacó el carnet del camión. Cuando volvió de la mili se compararon un camión con mucho esfuerzo y empezaron a hacer viajes para llevar arena; primero a pueblos cercanos y después a ciudades como Madrid, León y Barcelona.
A los veintiocho años se casó con mi abuela Concha y enseguida empezaron a tener hijos, seis en total. Como cada vez le costaba más irse lejos dejando a su familia, decidió abrir una pensión en el centro del pueblo para no tener que viajar tanto.
Mis tíos y mi madre, desde muy pequeños, empezaron a mi abuelo y a mi abuela porque ellos dos solos no podían con el negocio. Cuando sus hijos empezaron a crecer tuvieron que tomar una decisión entre: separarse y cada uno buscar un trabajo, o mantenerse unidos y ampliar el negocio.
Así surgió de formar una empresa familiar que hoy en día es un hotel donde trabajan todos unidos, que era el sueño de mi abuelo Maxi.
Pedro García Santiago, estudiante de primero de bachillerato.
Esta redacción va sobre un familiar mío que es mi bisabuela Paula. Ella nació el 23 de abril de 1923 en Fuente del Maestre, en casa de sus padres, y es la pequeña de tres hermanas.
Su infancia fue como la de cualquier niño de esa época que nació en una familia humilde y trabajadora. En aquellos años, tenían pocos juguetes y ya sabemos que más bien todo era producto de su imaginación. Inició sus estudios en la escuela a los cinco años y a su corta edad de once abandonó sus estudios para trabajar y ayudar en casa, junto con sus dos hermanas. Su madre le mandaba a por agua para lavar la ropa, fregar y cocinar, junto con otras labores de la casa como hacer de comer, coser, y fregar la casa.
Años después, conoció quien hoy en su marido, mi bisabuelo Luis y tuvieron seis hijos entre los cuales está mi abuela Manola. Mi bisabuela trabaja en las casas de gente más rica, fregando y también les criaba a sus hijos, dándoles de mamar porque aquellas familias no tenían leche y cuando llegaba a su casa hacía las tareas de la suya. Mi bisabuelo trabajaba en los hornos de cal.
A los treinta años, mi bisabuela tuvo que emigrar a Barcelona en busca de trabajo por su mala situación económica y tras seis meses trabajando en varios fábricas, encontró un trabajado definitivo y se llevó junto a él a su familia. Pero a los tres años de estar allí, para mi bisabuelo fue muy duro, una de sus hijas mi abuela, se volvió a Extremadura. Mientras tanto allí ella salía trabajar en casas y cuando llega a a la suya cuidaba de su hijos, y posteriores de sus nietos.
Hoy en día algunos de sus hijos son los que cuidan de ella porque está muy mayor. Y como está muy mayor para viajar, en verano voy a Barcelona a verla y pasos algunos días allí.
Minerva Salamanca Guerrero, estudiante de primero de bachillerato.
Voy a hablar de mi hermana que se llama Paula. Nació el día 11 de diciembre del 2010, tiene diez años. No puedo decir que no seamos un ejemplo de hermanas, ya que tenemos ratos que no nos soportamos la una a la otra, y otros que nos pasan las horas riendo y divirtiéndonos. Una cosa os tengo que decir, más de dos días paradas no aguantamos...Nos hacemos mucha falta. Ella es muy risueña, alegre, no es nada aburrida, siempre está pensando algo para divertirse. Hay veces que a mi madre la pone de los nervios, por cierto nuestra madre se llama Mónica, y es administrativa y mi padre es Pedro y es ganadero.
A mi hermana de pequeña le decían ricitos de oro, tenía el pelo muy rizado y muy rubio. Ahora, lo tiene castaño y ondulado, ha cambiado mucho...
Su afición es bailar ballet, va desde los cinco años, y tras tanto tiempo de trabajo, en el 2018 se proclamó campeona de España del concurso "Vive tu sueño" en la modalidad de pareja.
A pesar de enfados y peleas, no podría vivir sin ti.
Sofía Lobato Márquez, alumna de primero de la ESO A.
Mi madre, mi mamá, mi guerrera, mi luchadora, mi consuelo, mi suplicio, la persona que me tuvo y me cría, una de las personas que más quiero y en muchos momentos odio. Así es como debería presentar a la mujer de la que voy a hablar, pero simplemente os diré que os contaré la vida de mi madre.
La razón que me ha llevado a hacerlo es que me gusta cómo es su persona y lo que ha tenido que pasar para llegar a convertirse en ella (muchos baches y atajos, experiencias buenas y malas momentos tristes y alegres).
Su historia comienza el 23 de junio de 1975, fecha en la que nació una niña cuyo nombre es Rosario, una niña bonita y con salud.
Durante su infancia estuvo estudiando y a la vez ayudando en el trabajo a sus padres, con tan solo 10 años. Se dedicaba a repartir leche de sus vacas por las casas, para ganar un mísero dinerillo, en aquellas frías tardes y noches de invierno junto a su hermana. En sus ratos libres se iba a la casa de sus amigos a jugar juegos tradicionales o la casa de su vecina a ver una novela que su televisión no emitía, en fin, eran otros tiempos. Un recuerdo del que nunca se olvidará es de las cartas que se mandaba con su amiga de Madrid.
Durante su adolescencia tuvo que hacer viajes en autobús hasta un pueblo grande llamado Llerena que se encuentra a 21 kilómetros de donde vivía para poder ir al Instituto. ¿Imaginarías tanto solo por un segundo tener que forrar tus libros con papel del periódico o sacos de pienso y tener un jersey para todo el curso? ¿No serías capaz de aguantarlo? ¿Verdad? Pues así era la etapa de estudiante de mi madre, no tenía mucho pero sí lo suficiente. Mientras otras tenían buenos libros o ropas, ella se apañaba con lo que tenía. Si vieras su adolescencia de esta manera pensarías que fue muy triste, pero no es así en absoluto, ella era feliz y trabajadora. Es capaz al compaginar los estudios con los paseos y trabajos, por lo que tenía una adolescencia como la de cualquiera.
Años más tarde se fue a estudiar a Badajoz para sacarse la carrera de Enfermería, su sueño desde pequeña. Estuvo estudiando durante 3 años en el Hospital Infanta Cristina, ahora llamado Hospital Universitario de Badajoz. Cuando terminó y se sacó enfermería, se fue a Sevilla para sacarse una segunda carrera de Antropología. Esta duró 2 años y estuvo en la Universidad de la Real Fábrica de Tabaco. Así que así es, mi madre se sacó dos carreras. ¡Imaginad lo difícil que es sacarse una como para sacarse dos!
Terminó las carreras con 24 años y estuvo trabajando en diferente hospitales. Con 27 años se casó con mi padre y con 30 años me tuvo a mí. En los últimos años de vida dejó de ser enfermera y ahora es Auxiliar de Enfermería de Cirugía.
Ha sido una mujer con un par de pantalones que ha conseguido siempre lo que quería sin perder su esencia y me gustaría parecerme a ella en ese aspecto. Esto es un breve resumen de su estupenda vida en la que solo me he querido centrar en las partes bonitas.
Aunque muchas veces no la soporte, ella es mi madre y es el mejor ejemplo a seguir que tengo.
Gloria Pintado García, alumna de cuarto C.
BIOGRAFÍA DE UN CONOCIDO
Si tuviera que calificar o ponerle un titular a la persona que voy a biografiar, ese es, sin duda, es la de “luchadora infatigable”. Josefa Cuéllar Ortiz nació en La Fuente y en los años de la hambruna y murió antes de comenzar el siglo XXI.
Para el que suscribe es un referente no solo por ser mi madre, sino por ser el mejor ejemplo del lema: “el que la sigue, la consigue”, “todo es posible en esta vida”, “de todo se sale, menos de la muerte…”
Durante su infancia jugó en las calles no asfaltadas de su pueblo. Como toda niña, hizo de la calle su centro de ocio, puesto que no asistía a las clases del colegio y sí lo hacia, no le resultaba productivo. Así le fue, que apenas sabía leer y escribir.
Años más tarde, ya siendo una mocita, empezó a trabajar como empleada del hogar por un sueldo, que actualmente se puede considerar mísero, pero había que trabajar… Hasta que conoció a su esposo, Francisco. Tras una relación de dos años de noviazgo y algunos problemillas, se casan y tienen cuatro hijos.
En aquel momento de su vida, esta giró en torno a la crianza de sus vástagos, vamos que se convirtió en una ama de casa a tiempo completo, incluso así, sacaba tiempo para ayudar a su marido en tareas de albañilería y de venta ambulante. Eran tiempos de mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucho de ir para aquí y para allá, muchas horas de insomnio, mucho de ilusión y desilusión.
En los últimos años de su vida le llegó la tranquilidad a medias. Sus hijos era ya casi independientes, sin embargo, cuando mejor estaba y realmente, comenzaba a gozar de la vida…muere de una enfermedad grave.
Te sigo recordando, mamá.
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