domingo, 8 de octubre de 2017

LA EDAD MEDIA: DIFERENCIAS ENTRE EL MESTER DE JUGLARÍA Y EL CLERECÍA, GONZALO DE BERCEO, "LIBRO DE BUEN AMOR", LIRICA POPULAR, EL CANTAR DE MÍO CID Y EL ROMANCERO.

    
    He de reconocer que esta comparación entre los dos mesteres es un clásico en los temas de literatura medieval. Por supuesto, si se estudian y asimilan bien sus diferencias comprenderemos bien lo que significaron ambos movimientos. 
Espero que os sirva. 


I. DIFERENCIAS ENTRE EL MESTER DE JUGLARÍA Y EL MESTER DE CLERECÍA





    
 MESTER DE          JUGLARÍA

MESTER DE CLERECÍA  
SIGNIFICADO

“Oficio de juglares” (“ioculatoris”=divertir) (poeta popular)
“Oficio de clérigos” (“clerici”) (poeta culto, hombre de letras)
SIGLOS

XII- XIV
XIII-XIV
TRANSMISIÓN Y AUTORÍA

Oral, popular y anónimo
Escrito, culto y con autor conocido
FINALIDAD

Divertir, entretener al pueblo e informar de los principales acontecimientos y hazañas bélicas (también enseñar pautas de comportamiento). “Épica”: “epos”, “palabra, historia, poema”
Persuadir, educar al público en las doctrinas de la Iglesia y transmitir conocimientos y valores cristianos
TEMAS

Sucesos históricos (conquista, hechos de guerra…). Cantar de Gesta
Asuntos religiosos (vida de santos, Virgen…) y novelescos. Bases y fuentes latinas
PROTAGONISTAS

Héroe que la sociedad convierte en modelo a seguir. Características positivas
No solamente caballeros, también personajes históricos, santos…
MÉTRICA

Versos irregulares en dos hemistiquios separados por una cesura y número indeterminados de sílabas (14/16). Arte mayor.  Rima asonante. Composición no estrófica.

Versos regulares de catorce sílabas llamados alejandrinos. Arte mayor. Rima consonante. Estrofa: Cuaderna Vía o tetrástrofo monorrimo (cuatro versos con rima AAAA).
ESTILO

No se utilizan recursos literarios complejos. Narración y dramatismo se combinan con sencillez. Carácter juglaresco: fórmulas épicas (facilita la memorización), epítetos, repeticiones, exclamaciones…
Lenguaje cuidado y culto. Técnica de la descripción y recursos literarios como comparaciones, metáforas, alegorías…
OBRAS MÁS RELEVANTES

El Cantar de Mío Cid, El Cantar de Roncesvalles, Los Infantes de Lara, Las Mocedades de Don Rodrigo…
Los Milagros de Nuestra Señora, Gonzalo de Berceo; El Libro de Buen Amor, Arcipreste de Hita; El Libro de Alexandre, El Poema de Fernán González, El Libro de Apolonio…


Para más información, pincha en los siguientes enlaces: 







 II. GONZALO DE BERCEO: LIGEROS APUNTES. 

  
   Gonzalo de Berceo es el primer poeta castellano cuyo nombre propio rompe el anonimato, y el único conocido de entre los autores de clerecía. Tradicionalmente se acepta que era un clérigo ingenuo y sencillo, que escribía para fomentar la piedad de los fieles y para expandir la cultura entre el público iletrado. De hecho, él mismo cultiva esta imagen: 


Quiero fer una prosa en román paladino,


En qual suele el pueblo fablar a su vecino,


Ca non so tan letrado por fer otro latino:


Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.



 Vida de Santo Domingo de Silos. 


 Aquí tienes un fragmento del milagro "El clérigo simple". En este relato, un pobre clérigo ignorante, que dice a diario la misa de la Virgen porque no es capaz de aprender otra, es denunciado ante el obispo. El fragmento corresponde al momento en el que el obispo manda llamar al clérigo: 


Fo durament movido el Obispo a sanna,


dicié: «Nunqua de preste oí atal hazanna.»


Disso: «Diçit al fijo de la mala putanna


que venga ante mí, no lo pare por manna.»



Vino ante el obispo el preste peccador,


avié con el grand miedo perdida la color,


non podíe de vergüenza catar contra'l sennor,

nunqua fo el mesquino en tan mala sudor.




Díssoli el obispo: «Preste, dime la verdat,


si es tal como dizen la tu necïedat.»


Díssoli el buen omne: «Sennor, por caridat,

si disiesse que non, dizría falsedat».




Díssoli el obispo: «Quando non as cïencia


de cantar otra missa, nin as sen nin potencia,


viédote que non cantes, métote en sentencia,

vivi como merezes por otra agudencia.»


 Encontramos ejemplos del popularismo de Berceo en la expresiones coloquiales y vulgares. Es también significativo el contraste entre el clérigo (humilde y temeroso que admite su ignorancia) y el obispo (tono despótico e insultante). Y esto viene a demostrar que los Milagros de Berceo iban destinados a los peregrinos que muchos de ellos eran gente humilde que preferían al clérigo antes que al obispo. 

 En el texto siguiente, María reprende con vehemencia a un joven que, olvidándose de los votos que había hecho a la Virgen, va a casarse: 

Don fol malastrugado, torpe e enloquido,
¿en qué roídos andas? ¿en qué eres caído? 


Semejas ervolado, que as yervas bevido, 

o que eres del blago de Sant Martín tannido. 



Assaz eras varón bien casado comigo, 

yo mucho te quería como a buen amigo; 

mas tú andas buscando mejor de pan de trigo, 
non valdrás más por esso quanto vale un figo. 
1. Fol: loco. 
2. Malastrugado: desgraciado. 
3. Ervolado: drogado.

III. JUAN RUIZ EL ARCIPRESTE DE HITA: ALGUNAS CONSIDERACIONES. 


   Pincha en el siguiente enlace por si deseas leer de nuevo el poema sobre el poder del dinero del Libro de Buen Amor de Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita: LITERATURA MEDIEVAL: EL ARCIPRESTE DE HITA

  Uno de los rasgos sobresalientes de la obra son, sin duda alguna, su originalidad y su variedad. Dentro de las numerosas fábulas de animales y cuentos diversos destaca uno de los más divertidos del Arcipreste: la pícara historia de Pintas Payas, pintor de Bretaña.

  Antes de irse de viaje, Pitas Payas le dibujó a su joven esposa un cordero debajo del ombligo, para comprobar a su vuelta si ella le había sido fiel o no. Pero tardó tanto en regresar, que su mujer, cansada de esperarle, tuvo relaciones con otro hombre. Por fin, Pitas Payas la avisó de que volvía, y la joven suplicó a su amante que le dibujase de nuevo el cordero. Sin embargo, él pintó en su lugar un carnero con enormes cuernos. Cuando el marido lo vio, ella le dio una explicación: los corderos, si se les deja mucho tiempo, acaban creciendo y convirtiéndose en carneros.


 IV. LÍRICA POPULAR



    Presentamos a continuación una serie de poemas de la lírica tradicional (jarchas, cantigas de amigo galaico-portuguesa y villancicos) para su lectura. Os servirá de ampliación y refuerzo del tema que nos ocupa.


 POEMA A (Jarcha):


Meu sidi Ibrahim, ya nuemne dolche,
vent´ a mib de nohte.
In non, si non queris, yireim´a tilb:
Garme a ob legarte.

(Señor mío Ibrahim, ¡oh dulce nombre!,
 vente a mí de noche.
 Si no, si no quieres, iré yo a ti:
 Dime dónde encontrarte). 

POEMA B (Jarcha): 

Gar, ¿qué fareyo?, 
¿cómo vivreyo? 
Est´al-habib espero, 
Por él murreyo. 

(Dime, ¿qué haré?, 
 ¿cómo viviré?
 A este amado espero, 
 por él moriré). 


POEMA C (Cantiga de amigo)

Madre, passou per aquí un cavaleiro
e leixou me namorad' e con marteiro.
Ay, madre, os seus amores ei:
se me los ei,
ca mi os busquei,
outros me lhe dei;
ay, madre, os seus amores ei.

Madre, passou per aquí un filho d'algo
e leixou m'assí penada com'eu ando.
Ay, madre, os seus amores ei:
se me los ei,
ca mi os busquei,
outros me lhe dei;
ay, madre, os seus amores ei.

Madre, passou per aquí quen no passasse,
e leixou m'assí penada: mais leixasse!
Ay, madre, os seus amores ei:
se me los ei,
ca mi os busquei,
outros me lhe dei;
Ay, madre, os seus amores ei.

(Madre, pasó por aquí un caballero
y dejome enamorada y con dolor.
Ay, madre, sus amores tengo:
sí los tengo,
que yo los busqué,
y otros le entregué;
¡ay, madre, sus amores tengo!

Madre, pasó por aquí un hidalgo
y dejome tan penada como ando.
Ay, madre, sus amores tengo:
sílos tengo,
que yo los busqué,
y otros le entregué;
¡ay, madre, sus amores tengo!

Madre, por aquí pasó quien no pasara,
y dejome tan penada: ¡más me dejara!
Ay, madre, sus amores tengo:
sí los tengo,
que yo los busqué,
y otros le entregué;
¡ay, madre, sus amores tengo!
)
POEMA D (Cantiga de amigo)

Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo?
E ai Deus!, se verra cedo?

Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado?
E ai Deus!, se verra cedo?

(Olas del mar de Vigo,
¿Visteis a mi amigo?
¡Ay Dios! ¿vendrá pronto?

Olas del mar agitado,
¿Visteis a mi amado?
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?

¿Visteis a mi amigo,
aquél por quien yo suspiro?
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?

¿Visteis a mi amado,
por quién tengo gran cuidado?
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?)
        
               (Martin Codax)


POEMA E (Villancico): 

¿Qué razón podéis tener
para no me querer?

Un amigo que yo había 
Dejóme y fuese a Castilla. 
Para no me querer.

¿Qué razón podéis tener
                             para no me querer?                                

 Para obtener más información pincha en el siguiente enlace: 

http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/PROPUESTAS_LECTURA/POESIA_MEDIEVAL/antologia.htm


  Y el siguiente vídeo sobre la lírica tradicional:

  

V. EL CANTAR DE MÍO CID


Aquí encontrarás multitud de actividades para conocer a uno de carne y hueso, pero que también pertenece al mundo legendario: el Cid Campeador.

HISTORIA Y LEYENDA
  • Vídeos interesantes:  

                         



  Extraído del blog “Viento en popa, a toda vela…”


VI. EL ROMANCERO

  Por último, hagamos una selección de los romances que más nos pueden interesar.
ROMANCE DE LA DONCELLA GUERRERA

  
Pregonadas son las guerras   de Francia para Aragón,
¡Cómo las haré yo, triste,   viejo y cano, pecador!
¡No reventaras, condesa,   por medio del corazón,
que me diste siete hijas,   y entre ellas ningún varón!
Allí habló la más chiquita,   en razones la mayor:
—No maldigáis a mi madre,   que a la guerra me iré yo;
me daréis las vuestras armas,   vuestro caballo trotón.
—Conoceránte en los pechos,   que asoman bajo el jubón.
—Yo los apretaré, padre,   al par de mi corazón.
—Tienes las manos muy blancas,   hija no son de varón.
—Yo les quitaré los guantes   para que las queme el sol.
—Conocerante en los ojos,   que otros más lindos no son.
—Yo los revolveré, padre,   como si fuera un traidor.
Al despedirse de todos,   se le olvida lo mejor:
—¿Cómo me he de llamar, padre?   —Don Martín el de Aragón.
—Y para entrar en las cortes,   padre ¿cómo diré yo?
—Besoos la mano, buen rey,   las cortes las guarde Dios.
Dos años anduvo en guerra   y nadie la conoció
si no fue el hijo del rey   que en sus ojos se prendó.
—Herido vengo, mi madre,   de amores me muero yo;
los ojos de Don Martín   son de mujer, de hombre no.
—Convídalo tú, mi hijo,   a las tiendas a feriar,
si Don Martín es mujer,   las galas ha de mirar.
Don Martín como discreto,   a mirar las armas va:
—¡Qué rico puñal es éste,   para con moros pelear!
—Herido vengo, mi madre,   amores me han de matar,
los ojos de Don Martín   roban el alma al mirar.
—Llevarasla tú, hijo mío,   a la huerta a solazar;
si Don Martín es mujer,   a los almendros irá.
Don Martín deja las flores,   un vara va a cortar:
—¡Oh, qué varita de fresno   para el caballo arrear!
—Hijo, arrójale al regazo   tus anillas al jugar:
si Don Martín es varón,   las rodillas juntará;
pero si las separase,   por mujer se mostrará.
Don Martín muy avisado   hubiéralas de juntar.
—Herido vengo, mi madre,   amores me han de matar;
los ojos de Don Martín   nunca los puedo olvidar.
—Convídalo tú, mi hijo,   en los baños a nadar.
Todos se están desnudando;   Don Martín muy triste está:
—Cartas me fueron venidas,   cartas de grande pesar,
que se halla el Conde mi padre   enfermo para finar.
Licencia le pido al rey   para irle a visitar.
—Don Martín, esa licencia   no te la quiero estorbar.
Ensilla el caballo blanco,   de un salto en él va a montar;
por unas vegas arriba   corre como un gavilán:
—Adiós, adiós, el buen rey,   y tu palacio real;
que dos años te sirvió   una doncella leal!
Óyela el hijo del rey,   trás ella va a cabalgar.
—Corre, corre, hijo del rey   que no me habrás de alcanzar
hasta en casa de mi padre   si quieres irme a buscar.
Campanitas de mi iglesia,   ya os oigo repicar;
puentecito, puentecito   del río de mi lugar,
una vez te pasé virgen,   virgen te vuelvo a pasar.
Abra las puertas, mi padre,   ábralas de par en par.
Madre, sáqueme la rueca   que traigo ganas de hilar,
que las armas y el caballo   bien los supe manejar.
Tras ella el hijo del rey   a la puerta fue a llamar.
  
ROMANCE DE DELGADINA
  
Rey moro tenía una hija
más hermosa que oro y plata,
Rey moro tenía una hija,
que Delgadina se llama;
un día estando a la mesa
su padre la remiraba.
<<Padre, ¿qué mira usted?>>
<<Hija, no te miro nada,
es que bajas la cabeza
como una recién casada.>>
<<Padre, no me mate usted,
que el conde me dio palabra
de tomarme por esposa
al volver de la cruzada.>>
<<¡Alto, alto, caballeros!
A Delgadina, matarla,
si no la queréis matar,
encerradla en una sala;
si no es retama machada.
No me la deis de beber
si no es con agua salada.>>
Al cabo de unos tres meses
se ha asomado a la ventana,
ha visto a sus dos hermanas
que estaban bordando en plata.
<<Hermanas por ser hermanas,
por Dios una gota de agua.>>
<<Yo te la diera mi vida, mi vida,
yo te la diera , mi alma;
si padre, el Rey, lo supiera,
la cabeza nos cortara.>>
Se retiró Delgadina,
tan triste y desconsolada,
con lágrima de sus ojos
toda la sala regaba.
Al cabo de otros tres meses
se ha asomado a otra ventana;
ha visto a sus dos hermanos
jugando al juego de espadas,
<<Hermanos, por ser hermanos,
por Dios, una gota de agua;
más de sed que no de hambre
a Dios entrego mi alma.>>
<<Yo te la diera, mi vida,
yo te la diera, mi alma,
mas si padre lo supiera
la cabeza nos cortara.>>
Se retiró Delgadina
tan triste y desconsolada,
con lágrimas en sus ojos
toda la sala regaba.
Al cabo de otros tres meses
se ha asomado a otra ventana
y vio a su madre la Reina
peinando sus blancas canas.
<<Mi madre por ser mi madre,
por Dios una gota de agua,
que se me acaba la vida
y a Dios le entrego mi alma.>>
<<Esclavas por ser esclavas,
dadme una jarrita de agua,
que sea de plata y oro
adornada de esmeraldas
y en lo alto de la torre
a Delgadina entregadla,
que mas de sed que de hambre
a Dios le entrega su alma.
La que llegase primero
un gran premio se ganara,
si no se entera mi esposo
ya que a todas nos matara.>>
Todas vienen a la par,
ninguna se ganó nada,
pues en medio de la sala
Delgadina muerta estaba.
Los Ángeles a los lados
haciéndole la mortaja,
la Virgen a la cabeza
en andas se la llevaba,
las campanas de la Gloria
por Delgadina tocaban.
las campanas del infierno
por su padre el Rey doblaban.
Adaptación de hip-hop de alumnos del IES de “Los Moriscos” de Hornachos:
  

LA SERRANA DE LA VERA


Allá en Garganta la Olla,
siete leguas de Plasencia,
habitaba una serrana
alta, rubia y sandunguera
con vara y media de pecho,
cuarta y media de muñeca,
con una mata de pelo
que a los zancajos la llega.
La serrana cazadora
gasta falda a media pierna,
botín alto y argentino
y en el hombro una ballesta.
Si tenía ganas de agua,
se bajaba a la ribera;
si tenía ganas de hombres,
se subía a las altas peñas.
Pasan unos, pasan dos
y no pasa el que ella espera
y vio venir a un serrano
con una carga de leña.
La ha cogido de la mano,
pa la cueva se le lleva.
No le lleva por caminos
ni tampoco por veredas,
le lleva por entre el monte
por donde nadie les vea.
Al entrar en la cabaña
el serrano, ¡qué sorpresa!
Al resplandor de las llamas
vio un montón de calaveras.
- ¿De quiénes son estos huesos,
cuyas estas calaveras?
- De los hombres que he matado
para que no me descubrieran.
- Bebe, bebe, serranillo,
Bebe de esta calavera,
que puede ser que algún día
otro de la tuya beba.
Buenas noches, caminante,
buena noche nos espera
de perdices y conejos
y tórtolas arrayuelas,
de pan blanco y de buen vino
y de tu cara risueña.
Si buena cama le di,
mi mejor cama le diera.
Entre pieles de venado
mi mantelina tendiera.
La serrana al serranillo
le mandó cerrar la puerta
y el serrano, como astuto,
la dejó un poco entreabierta.
- Serranillo, serranillo,
¿sabes tocar la vihuela?
- Sí señora, sí señora,
- Y el rabel si usted me diera.
Pensó adormercele a él,
mas le adormeció él a ella. 
Por un cantar que ella canta,
él cantaba una docena.
Cuando la sintió dormida
fue muy despacio a la puerta,
las albarcas en la mano
para que no le sintiera.
Media legua lleva andada
y sin volver la cabeza,
pero cuando la volvió,
como si no la volviera.
Vio venir a la serrana
bramando como una fiera.
Saltando de cancho en cancho,
brincando de piedra en piedra.
Una china lleva en la honda
que pesaba arroba y media.
Con el aire de la china,
le ha tirado la montera.
- Vuelve, vuelve, serranillo.
Que te quedas tu montera,
que es de paño rico y fino
y no es menester se pierda.
Si es de paño rico y fino,
así se gasta en mi tierra.
Mis padres me compran otra
y si no, me estoy sin ella.
- Por Dios te pido, serrano,
que no descubras mi cueva.
- Descubierta no será
Y hasta la primera venta. 
Cuando a Garganta llegó,
Enseguida fue a dar cuenta.
Muy pronto los cuadrilleros
De los pueblos de la Vera
Subieron a la montaña
Y rodearon la cueva.
La toman declaración
por si ella lo deniega.
Un desengaño amoroso
la hizo perder la cabeza
y marcharse a la montaña
y vivir como una fiera.
En la plaza de Garganta
fue la primera reyerta.
La toman declaración
y la llevan a Plasencia;
por mandato del Supremo,
la cuelgan de una cuerda
y aquí se acaba la historia:
la Serrana de la Vera.

ROMANCE DE LA LOBA PARDA


Tardecita primavera
estaba yo en mi majada
remendando mis zapatos
y aguzando mi alcayada,
vide venir siete lobos
por una honda cañada,
venían echando suertes
para entrar en mi majada.
Le tocó a la probe loba
patizumba y jorobada.
Siete güeltas dio a las redes
y no pudo sacar nada,
al cabo las ocho güeltas
quitu una cordera blanca,
- ¡Ay, mis siete cachorrillos
y mi perra trujillana!
- No tengo yo miedo alguno
de tu perra trujillana,
ni de tus siete cachorros
a mí se me importa nada,
que tengo yo mis colmillos
como puntas de navajas. 

Quédate con Dios, pastor;
llevo la cordera blanca,
que tenías que matar
para el domingo de Pascua.
- ¡Ay!, mis siete cachorrillos
y mi perra trujillana,
que si me la recobráis
tendréis cena redoblada
y sin no me la cogís
la tendrís con la alcayada-.
Siete leguas anduvieron,
todas siete barbechadas;
al saltar un riachuelo
se trocaron de palabras:
- Toma tu cordera, perra,
toma tu cordera blanca.
No la hize dengún daño,
que yo te la entriego sana.
- Yo no quiero mi cordera
de tu boca maltratada,
lo que quiero es tu pellica
para el pastor la zamarra;
tus orejas pa pendientes,
pa pendientes pa las damas;
el larguero de tu cola
pa abanicar las mochachas
y tu cabeza la quiero
pal zurrón de las cucharas.

Podéis encontrar más romances e información al respecto en las siguientes direcciones: http://www.amediavoz.com/romancero.htmhttp://es.scribd.com/doc/99123252/2012-Cancionero-de-Romances


 


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