A continuación vamos a narrar nuestras
experiencias por Roma, desde la salida de Villafranca, el paso por Lisboa y,
sobre todo, las peripecias por esta bellísima capital italiana. Sin duda, es un viaje
inolvidable de seis días en el que se viven experiencias muy bonitas.
Salimos a las
doce de la noche para el aeropuerto de Lisboa, con un poco de nervios porque
para algunos de nosotros era la primera
vez que nos montábamos en avión.
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La Fontana de Trevi |
El tiempo de
vuelo fue muy corto, y en cuanto llegamos nos pusimos con las visitas
culturales. Fuimos a ver una iglesia
dedicada a San Pablo y luego a las catacumbas de San Sebastián. Por la tarde
hicimos un recorrido por algunos de los monumentos más grandes y visitados de
Roma como la Plaza
de San Pedro, el Castello Sant´Angelo, la Fontana di Trevi, el Panteón de Agrippa, la Piazza Navona… Al
llegar a la hospedería por la noche, nos duchamos y nos quedamos “fritos”
porque estuvimos todo el día sin dormir.
Por la mañana
nos despertamos muy temprano para ir a Nápoles y a Pompeya, pero no pudimos ir por
culpa del tiempo. Hubo una tormenta y estuvo toda la noche lloviendo, a causa
de esto, una parte de la montaña se derrumbó y cortó todas las salidas al sur.
Esto nos rompió todos los planes de ese día, así que por la tarde fuimos a ver
los museos vaticanos que eran enormes y preciosos, sobre todo, las pinturas de
Miguel Ángel en la
Capilla Sixtina. Para mí, el arte que se encuentra aquí en El
Vaticano no es comparable a ninguna a otra colección del mundo. Al salir
anduvimos por las calles de Roma con lluvia, disfrutando del Circo Máximo, el
Templo de Vecta, el Arco de Jano, la Colina Capitolina,
el monumento a Víctor Manuel II y la
Plaza de la
República, donde cogimos el metro para ir a la hospedería a
descansar. Al llegar, nos duchamos, cenamos unos bocadillos, y nos acostamos.
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San Pablo Extramuros |
Al amanecer
nos montamos en el autobús para ir a Siena, uno de los lugares más importantes
de Italia. En este lugar, nos sorprendimos por la catedral y la plaza, aunque
hemos descubierto también otras plazas, palacios y rincones espectaculares,
todo ello profundizando en la historia de la Toscana Italiana
y conociendo detalles sobre los santos de la zona. Particularmente sobre
Catalina de Siena, donde tenían su cabeza expuesta al público. Al llegar a Roma
nos dejaron tiempo libre para cenar o dar una vuelta y algunos se atrevieron a
patinar en una pista de hielo que había.
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San Pedro del Vaticano |
Y llegó el
gran domingo. Nos levantamos y nos preparamos rápidos para ir a la Plaza de San Pedro porque el
Papa nos iba a saludar. Fue muy emocionante cuando le escuchamos nombrar a los estudiantes de
Villafranca de los Barros. Al acabar el Ángelus, nos pusimos a la cola para
entrar en la catedral de San Pedro, que fue lo que más me impresionó. Cuando
por fin entré, tras estar esperando en la gran cola y lo vi, me quedé
asombrado. ¡Era enorme, precioso, majestuoso! No tengo palabras para
describirlo. Después de ver la catedral, subimos a la cúpula los 550 escalones
y desde aquí había unas vistas preciosas de Roma. Fue una mañana estupenda, lo
malo es que se me olvidó el paraguas y me puse empapado, menos mal que fuimos a
la hospedería a cambiarnos y a comer para poder seguir visitando monumentos.
Por la tarde, cogimos el autobús urbano y el tranvía para llegar al barrio de
Trastevere. Entramos en la iglesia de Santa María y había un rito bizantino, en
el que algunos nos quedamos a verlo y otros se fueron a dar una vuelta. Al
salir fuimos a un restaurante a cenar todos juntos la mejor pasta y pizza del
mundo, la italiana.
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El Coliseo |
Al día
siguiente vimos por la mañana la
Basílica de San Pietro in Vincoli, la Scala Santa, que son
las escaleras que subió Jesús para ser condenado, la Basílica de San Juan de
Letrán y al Coliseo que me encantó. Por la tarde visitamos la iglesia de Santa
María la Mayor,
el Museo Capuchino que me llamó bastante la atención porque hay una sala donde
todo está hecho con huesos. Por último, fuimos al centro comercial donde
compramos algunos regalos y cenamos.
El último
día visitamos la primera iglesia de los jesuitas, el Panteón de Agripa, etc.
También nos llevaron de nuevo a la
Fontana di Trevi para que la viéramos de día y mejor. Y por
último, nos dirigimos a la hospedería con tristeza para recoger las maletas e
irnos para España de vuelta.
Por nuestra parte
solo queda decir que esta excursión ha sido muy bonita y muy esperada por
todos.
Luis
Hernández Mora y Julián Durán Nieto, alumnos de 4º ESO B.
Para ir a Roma
Discutiendo están dos mozos
si a la fiesta del lugar
irán por la carretera
o campo atraviesa irán.
Discutiendo y disputando
empiezan a pelear.
Ya con las trancas de pino
furiosos golpes se dan;
ya se tiran de las barbas,
que se las quieren pelar.
Ha pasado un carretero,
que va cantando un cantar:
«Romero, para ir a Roma,
lo que importa es caminar;
a Roma por todas partes,
por todas partes se va.»
Antonio Machado
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