¿QUÉ SON LOS TÓPICOS LITERARIOS?
Un tópico o “lugar común”, aplicado a la literatura, puede definirse como aquel esquema del pensamiento y de la expresión ya prefijados; es decir, que podemos rastrear en sus orígenes e influencias. La mayoría de ellos proceden de la literatura clásica grecolatina.
A continuación aludiremos a algunos de estos tópicos, clasificados por épocas literarias.
Tópicos propios de la Edad Media:
Ubi sunt? (o "¿dónde están?", "¿qué se hicieron?"). Lamenta la desaparición de las grandes glorias pasadas a través de la ruina de sus monumentos o el olvido de sus grandes hombres y hazañas. Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre toca este tópico, formulando una serie de preguntas retóricas sobre el destino de caballeros, damas, galas, amores, músicas, bailes: todo desaparece. Este "ubi sunt" se convertirá en uno de los tópicos más célebres. Los versos a los que aludimos son:
"¿Qué se ficieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se ficieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?"
"¿Qué se ficieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se ficieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?"
Puer senex ( o "niño viejo"). Un joven pide consejo a un sabio anciano y experimentado y lo sigue con gran beneficio. El Conde Lucanor, por ejemplo.
El hombre como microcosmos o espejo del macrocosmos o universo. Aristóteles dijo que el hombre era como un universo pequeño, pues en él se reflejaban las mismas características que en el universo mayor. Así, está compuesto de cuatro humores de la misma manera que el universo de cuatro elementos; tiene siete aberturas que corresponden a los siete planetas, su cabeza es el cielo y su cuerpo la tierra, etc... Sobre este tópico Francisco Rico compuso un libro, ‘El pequeño mundo del hombre’.
Nihil novum sub sole (o “nada nuevo bajo el sol”). Tiene origen bíblico y alude a la repetición constante, a que en realidad todo es siempre lo mismo.
Libro divino de la naturaleza. Según los escolásticos, Dios compuso dos libros: la Biblia y la Creación. Así pues, no sólo se puede alcanzar a Dios leyendo las escrituras, sino que a través de la contemplación de la perfección de la naturaleza y sus criaturas puede el hombre elevarse mediante ese conocimiento o ciencia hasta Dios.
Psicomaquia ( o "batalla del alma", Prudencio). Combate de las virtudes contra los vicios. Las virtudes o sentimientos de un modo alegórico, como personajes humanos, entablan batalla contra los vicios, también personificados. Muchos de los autos sacramentales de Calderón de la Barca son psicomaquias.
Homo viator ( u "hombre caminante" o peregrinaje ). La vida es un viaje que nos va cambiando y purificando transformándonos en otras personas más sabias y maduras conforme atravesamos por diversas experiencias y desengaños. Es el “todo pasa y todo queda” de Antonio Machado o la referencia de Berceo en la introducción a los Milagros de Nuestra Señora, en que compara al hombre con un romero o peregrino.
Vita flumen (o “la vida como río”). Una variante del anterior. Es la idea de entender la vida como un río que desemboca en el mar, que es la muerte. Las resonancias son manriqueñas ( “Nuestras vidas son los ríos que van a dar…” ) y es un tópico muy hermoso que el propio Machado empleó alguna vez.
La muerte igualadora. En la Edad Media, sobre todo en las danzas de la muerte, se veía a ésta como la gran niveladora de las diferencias sociales en vida insalvables, pues hacía tabla rasa "desde el Papa hasta el que no tiene capa". El hecho de que todos seamos iguales ante la muerte lo poemos ver en la Danza general de la muerte, del S. XV.
Magister dixit ("el maestro ha dicho" o argumento de autoridad ). En la Edad Media las opiniones escritas se respetan no por su verdad intrínseca, sino por el prestigio de quien lo ha afirmado; no se discute lo que han dicho las grandes figuras, porque no existe sentido crítico. El sentido crítico aparecerá en el Renacimiento cuando la imprenta vulgarice la lectura y multiplique el número de los libros y, por tanto, el número de contradicciones y de opiniones divergentes.
Todo compuesto, según peso y medida. La mayor parte de las obras medievales poseen una curiosa superstición por la composición según números, cuyo caso más visible es la Divina comedia, compuesta en tres partes por tercetos (estrofas de tres versos) y con tres personajes principales, entre otras curiosidades. Asimismo, todos los poemas de Berceo siguen una estructura tripartita, existe una superstición artística por el número áureo, etc.
Vanitas vanitatum ( o "vanidad de vanidades, y todo es vanidad", Eclesiastés). Nada merece la pena o el esfuerzo por conseguirlo, porque no es posible alcanzar satisfacción, todo se reduce a polvo. Se intenta ser más de lo que se puede ser, y eso es hincharse de dolor y angustia, y tanto más cuanto más se desea, pues todo está vacío de contenido y no merece la pena que se toma por conseguirlo. Cuando uno consigue su deseo desea más y nuestro insaciable orgullo nunca se satisface, así que nuestro orgullo es un tormento y está vacío de toda satisfacción.
Flamma amoris ( o el amor como “llama de fuego” ). De origen clásico.
Fortuna imperatrix mundi (la fortuna es la emperadora del mundo) o rueda de la fortuna. La fortuna todo lo trastoca: eleva al malvado y arroja a la miseria al virtuoso; este tópico nace del De cosolatione Philosohiae de Boecio.
Captatio benevolentiae (o captura de la bienquerencia ). El autor empieza modestamente (excusatio propter infirmitatem) fingiendo inseguridad o simulando torpeza y escaso saber para ganarse la benevolencia del lector. Es propia de los prólogos y comienzos de obras.
Tópicos propios del Renacimiento:
Carpe diem (o "goza del día presente", Horacio). Hay que disfrutar del tiempo en que se dispone de belleza, entusiasmo y salud, es decir, la juventud, porque el paso del tiempo lo arruinará (ubi sunt?). Procede del poeta latino Horacio y lo podemos observar en poetas como, por ejemplo, Garcilaso de la Vega, especialmente en el Soneto XXIII.
Collige, virgo, rosas ( o "coge, doncella, las rosas"). Es una derivación del tema anterior que parte de un verso de Ausonio, poeta latino: "Coge, virgen, la rosa" y que es también una incitación a gozar del día, pero aplicado a una mujer. Góngora es otro de los poetas de lo ha manejado en aquel célebre soneto que se inicia con el verso "Mientras por competir con tu cabello...".
Aurea mediocritas ( o "medianía de oro", Horacio): ideal de vida en que no se prefiere lo mucho ni lo poco, sino tener estrictamente lo necesario, porque así no hay preocupación por las pasiones de guardar lo que se tiene de más o del deseo de obtener lo que falta. Es el equilibrio clásico, y también se formula como: in medio stat virtus, quando extrema sunt vitiosa, la virtud está en el medio cuando los extremos son viciosos.
Descriptio puellae: ( o descripción de la dama ): la descripción de la amada como si fuera un objeto o cosa preciosa compuesto de materias hermosas o lujosas. Su cabello es oro, sus mejillas ruborizadas son rosas, cristal su frente, coral sus encías, perlas sus dientes, etc... Responde a una fórmula muy conocida de la poesía de la Edad de Oro. El rostro es el centro de esta belleza, se habla de su cabello -rubio-, de su tez, del color blanco, de sus frente, de sus cejas, de sus ojos, de su boca, de su cuello, de sus dientes... Petrarca lo dominó en sus poemas dedicados a Laura, así como Fernando de Herrera, y otros poetas de nuestro renacimiento y barroco.
Donna angelicata, ( o mujer angelical, en italiano). La amada del poeta representa, sobre todo después de la muerte de la misma, un mediador entre Dios y el poeta que intenta depurar el amor de éste de componentes sensuales y materiales pecaminosos y transformarlo en un amor a la filosofía, a la virtud y a Dios. Es un tópico de origen petrarquista.
Fortuna mutabile (o “la fortuna mudable”). Se refiere a los avatares de la fortuna que, a veces, es favorable y otras no, tanto subes como bajas. Fue muy frecuente en el Renacimiento.
Dignidad del hombre. Desde el Discurso sobre la dignidad del hombre de Pico della Mirandola y la obra del mismo título del humanista español Pérez de Oliva se ve al hombre como portador de valores inmensos. A veces se presenta asociado con el del hombre como microcosmos o espejo del macrocosmos. El Renacimiento es una época optimista. La vida de la fama dura más allá de la de los hombres corrientes.
Enanos a hombros de gigantes. El saber de la Antigüedad es un gigante, un coloso. El de los modernos, comparado con él, es tan insignificante como un enano, y la comparación vale mucho, ya que por nosotros mismos no podemos ver tan lejos como el gigante. Pero si nos subimos a sus espaldas, añadiendo nuestra insignificante estatura y conocimientos a los del pasado, podemos ver más lejos que nosotros solos e incluso que los antiguos. Forma parte del tópico siguiente.
Antiguos y modernos. En la Edad Media, los griegos y romanos eran mucho mejores que los modernos; en el Renacimiento, se puede llegar a su altura imitándolos, e incluso sobrepujarlos.
Vir doctus et facetus, ( u "hombre docto y entretenido" ). Es uno de los ideales del cortesano renacentista, que es sabio pero posee las virtudes palaciegas de la buena y entretenida conversación adornada de cuentecillos y gracias.
Homo universalis, ( u "hombre universal"). Ideal del artista del Renacimiento, cuando pretende abarcar todas las facetas del saber humanístico y la creación artística y técnica.
Sapientia et fortitudo, ( "saber y fortaleza"). Ideal del cortesano renacentista que no sólo maneja bien las armas, sino que también posee una cultura, mostrándose hábil "tomando ora la espada ora la pluma", como dice Garcilaso. Se relaciona con el tópico debate sobre Las Armas y las letras, lugar común en que se debate si es mejor la vida activa o la vida contemplativa, la acción o la reflexión.
Enchiridion (o perfecto caballero cristiano, Erasmo).
Locus amoenus ( o "lugar delicioso" ), según Ernst Robert Curtius es un lugar natural provisto de tres elementos: agua, prado y sombra de árboles, que invita a la conversación o al descanso. Es el escenario de los diálogos ciceronianos y de las conversaciones de la literatura pastoril. Si falta cualquiera de esos tres elementos, no se trata de un lugar delicioso. Deriva de Teócrito y de Virgilio y tuvo un gran desarrollo en nuestra poesía bucólica de la Edad de Oro. La descripción del paisaje tiene las mismas características: prados verdes, riachuelos cristalinos, pájaros cantando, árboles con deleitosa sombra. No importa la precisión geográfica, sólo que sea el marco ideal para el amor. Garcilaso y Jorge de Montemayor son buenos exponentes en el uso magistral de este tópico.
Heráclito y Demócrito, o filósofo que llora y filósofo que ríe. Heráclito pensaba que la vida humana era algo tan trágico que le hacía llorar; Demócrito, por el contrario, estimaba que merecía la risa ante la estupidez de las conductas humanas. Es tema de muchos sonetos y cuadros de la época.
Cuerpo místico de Cristo. Todos los hombres, a pesar de su origen racial y social diferente, forman parte de un mismo cuerpo, el cuerpo místico de Cristo. Es un tópico frecuente entre los castellanos nuevos y los erasmistas, y proviene de las epístolas paulinas.
La nave del estado. El estado es como un barco que debe ser bien pilotado por el monarca para evitar los halagos de las sirenas, las tormentas de las guerras y los arrecifes de la corrupción. El tópico viene de Horacio.
Utopía o "no lugar": gobierno ideal en que no existe la infelicidad porque todas las normas y comportamientos son justos. Es el título de una obra de Santo Tomás Moro donde se describe el estado ideal.
Miscere utile dulci. Mezclar lo útil con lo dulce; aunque el tópico viene en el Arte poética de Horacio, se encuentra también en la mezcla de la medicina amarga de la doctrina con la miel de la poesía de Lucrecio. Se dice en las obras didácticas para justificar que se entremezclen elementos agradables y distracciones con los conocimientos para así hacer más amena la enseñanza. Así ocurre con las fábulas. Este tópico alcanzó nuevo vigor en el siglo XVIII.
Ut pictura poesis, ("como la pintura es la poesía"). Este tópico afirma que la poesía debe ser ante todo descriptiva. Bernardo de Balbuena y, en el XIX, los poetas parnasianos, hicieron un gran uso de él.
Tópicos propios del Barroco:
Con el Barroco se vuelve a los tópicos de la Edad Media, que se revisten de una forma más culta y de una filosofía más profunda. Se deja el optimismo y claridad racional del Renacimiento y se vuelve al pesimismo y al oscurantismo medievales.
Desengaño. Es el tema general en una generación que se ha formado escuchando y leyendo a los ascetas y místicos de la España de la Contrarreforma y encerrada en sí misma de Felipe II.
Tempus irreparabile fugit ( o “el tiempo pasa irreparablemente” ). Su origen está en el poeta latino Virgilio, quien en las Geórgicas (III, 284), indica: Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus, o lo que es lo mismo: “pero mientras tanto fluye, fluye el tiempo de forma irreparable”. A pesar de su procedencia clásica, el tópico del tempus fugit se manifiesta sobre todo a partir del siglo XV, momento en el que la burguesía comienza a tener poder y el dinero se hace imprescindible. La clase alta mejora su nivel de vida, por lo que se produce un cambio en cuanto a la forma de ver la muerte, que ya no será una forma de acceso a la vida eterna, sino una desgracia. Este espíritu es el que mueve el dicho popular de “El tiempo es oro”, visión burguesa del tópico latino.
En el Barroco, la inestabilidad de los hombres y la fugacidad de las cosas hacen que el presente sea una perpetua descomposición. "Solamente lo fugitivo permanece y dura". "Hoy pasa y es, con movimiento / que a la muerte me lleva despeñado". "Soy un fue, y un será, y un es cansado" (Quevedo). "Del tiempo huye lo que el tiempo alcanza" (Lope de Vega). La melancolía saturniana. Bajo el símbolo de Saturno se suele expresar la melancolía por el paso de tiempo y la vejez.
Adynata ( o mundo al revés). Quevedo frecuentemente altera el orden lógico por el que debería corresponder si hubiera justicia en el mundo, como en La hora de todos o la Fortuna con seso.
Mundo como laberinto, gran plaza o mesón. El mundo es un sitio donde siempre las apariencias engañan y sólo la prudencia puede evitarnos el mal.
Concordia de opuestos (Baltasar Gracián dice que nuestra vida se "concierta de desconciertos").
El mundo como guerra. "La vida del hombre milicia es en la tierra", dice Mateo Alemán. Quevedo: "Esta guerra civil de los nacidos".
Homo homini lupus: ( "El hombre es un lobo para el hombre"). El hombre no es bueno con sus semejantes, sino que se aprovecha de ellos. El tópico lo formuló Thomas Hobbes en su Leviatán, pero proviene de una frase de Plauto: lupus est homo homini, non homo.
Memento mori: ("Recuerda que has de morir", frase con que se solían saludar los monjes franciscanos). También se suele decir "Et in Arcadia ego", esto es, "también yo (la muerte) estoy en la Arcadia".
Odi profanum vulgus et arceo: ("Odio al vulgo profano y lo aparto de mí", Horacio). Desprecio de los aplausos de la muchedumbre y búsqueda sólo de los de la gente instruida o de buen gusto. Es un tópico propio de los prólogos; se ha perdido en el Barroco el nobilitare renacentista de la lengua y literatura tradicional y se busca ahora exclusivamente lo selecto.
Omnia mecum porto, ("Conmigo llevo todas las cosas"). Filosofía del estoico que no se ata a los bienes materiales del mundo.
Mundo como teatro. El mundo es un teatro para Calderón ("teatro funesto es, donde importuna / representa tragedias la Fortuna"), donde todo es apariencia; así lo reflejó en su auto sacramental El gran teatro del mundo. Sólo la reflexión y la abstención de acción, que nos distancian de lo que ocurre en escena, nos puede dar el sentido de la obra. El teatro del Globo isabelino tenía por lema "el mundo entero es un teatro".
La vida es sueño. Es el famoso tópico que recoge Calderón en su obra La vida es sueño en donde la vida puede entenderse como un sueño del cual despiertas con la muerte. Sería una variante del anterior.
Sic transit gloria mundi ( o “así pasa la gloria del mundo” ). Con esta frase recordaba el acompañante del victorioso jefe militar que era homenajeado en la Roma imperial, con un triunfo por sus hazañas, que la fama era pasajera. Reflexión latina sobre lo efímero de la vanagloria mundana, de Tomás de Kempis en su Imitación de Cristo (1,3,6). Estas palabras son las que se dirigen, por tres veces, al soberano Pontífice mientras arde una fogata de estopa, en el momento de su elevación al Papado, para recordarle la fragilidad de todo poder humano.
Somnium Scipionis (o "sueño de Escipión", Cicerón). En un sueño, se ve a la distancia que dan las estrellas al gran imperio romano reducido a apenas una mota de polvo insignificante sobre la faz lejana de la tierra, por lo cual inspira desprecio toda ambición al lado de la recompensa que da la filosofía estoica.
Tópicos propios de la Ilustración:
Los antiguos son mejores que los modernos. Se pueden escribir obras maestras "con receta" imitando las virtudes de los dramaturgos grecorromanos.
El buen salvaje. Se considera que el hombre es bueno en la naturaleza y por naturaleza, y, por tanto, es corrompido por la civilización cuando esta lo conquista o entra en contacto con él.
Miscere utile dulci, “mezclar lo útil con lo dulce".
Tópicos propios del Romanticismo:
El Romanticismo es enemigo de las fórmulas estereotipadas y repetidas porque estima que su originalidad es nula y revela una imaginación agotada; se olvidan, pues, los lugares comunes sustituyéndolos por símbolos personales o mitos relacionados con la rebeldía o la naturaleza o en todo caso se buscan aquellos tópicos relacionados con la erosión del tiempo, la decadencia y la crítica.
En el XIX se pone de moda la doctrina de los caracteres nacionales, según la cual existe una personalidad colectiva natural con un carácter definido en cada pueblo o nación de Europa o Asia, volkgeist, que se refleja en su literatura y mitos y en la descripción de sus costumbres o costumbrismo.
El héroe rebelde. Ya sea Guillermo Tell, Don Carlos, Don Juan, Prometeo, el libertino o el pirata, los héroes románticos se crean sus propios valores morales, no se someten a ningún valor ético establecido y no pretenden ser modelos de conducta. Las ruinas representan la victoria de la naturaleza sobre la civilización, la victoria de la eternidad sobre lo efímero de los esfuerzos humanos.
Símbolos personales como el albatros de Baudelaire representa al poeta condenado por su sensibilidad a la degradación y la autodestrucción a cambio de generar la belleza de la poesía; el cuervo de Poe representa el deseo de autoatormentarse. La violeta de Gil y Carrasco representa el emblema de su vida.
Tópicos del Realismo:
La mujer adúltera. Emma Bovary, Ana Karenina, Ana Ozores testimonian la frustración de la mujer burguesa que ha alcanzado una formación intelectual semejante al hombre pero es prisionera de un sistema de valores antiguos que le encadenan a él.
El individualismo burgués. La mayor parte de las novelas realistas del XIX son "epopeyas de la burguesía", de la gente corriente que intenta subir de condición social.
El choque entre tradición y modernidad, entre naturaleza y convención social, entre valores morales y materiales. Pepita Jiménez de Valera.
Tópicos propios del Naturalismo:
La diferencia de valores entre la ciudad y el campo. Tess d'Uberville o Jude el obscuro de Thomas Hardy. Cañas y barro de Blasco Ibáñez. En el siglo XIX grandes masas de campesinos arriban a las ciudades y se produce un gran choque cultural.
La miseria y explotación de la clase trabajadora. Miau de Galdós pinta el caso del cesante. En Misericordia, la criada de una señora burguesa es abandonada por esta.
El determinismo social y genético. Nuestros condicionantes sociales y familiares impiden que seamos libres. La desheredada de Galdós.
Tópicos propios del Modernismo:
Dandysmo. Identificación con la aristocracia por rechazo del materialismo burgués y búsqueda del lujo y los valores antiguos de la nobleza decadente. Oscar Wilde es un buen ejemplo.
Bohemia. Identificación, también por rechazo al materialismo burgués, con los marginados y el ambiente del suburbio.
Torre de marfil ( Turris ebúrnea ). Los poetas modernistas se aíslan de la problemática social y colectiva en un mundo de lujo y de ensueño atendiendo sólo a lo personal. Juan Ramón Jiménez solía vivir en su torre de marfil, incontaminado.
Mal del siglo o mal metafísico, el spleen. Angustia inconcreta y rechazo por el tiempo en que uno vive. El poeta francés Baudelaire ejemplifica este tópico.
El hastío de la fiesta. El poeta se siente triste y solitario en medio de la alegría general, pero superficial de las fiestas sociales.
Vita punctum est. "La vida se reduce a un momento"
Otros:
El Cosmopolitismo o ciudadanía del mundo.
La Justicia poética.
El Justo medio.
Contemptus mundi o desprecio del mundo.
El Mundo como cárcel,
Los nueve de la fama, esto es, los mayores héroes de la historia.
La Milicia de amor y la locura del mundo, etc.
Más información en los siguientes enlaces:
http://ellaberintodelostopicos.blogspot.com.es/2010/06/listado-de-topicos-literarios.html . Listado de tópicos literarios.
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